Saturday, April 14, 2018

Philippines 14A - Adiós una vez más

Manila Dubai Barcelona

Último día en la ciudad agujero de Manila y en el peazo país de Filipinas. Nos levantamos pronto, sobre las 5am ya estábamos recogiendo lo último de cada uno en mochilas, maletas y la de cristo. Queríamos salir sobre las 6 para tener tiempo para hacer check-in y todo, porque el vuelo salía a las 7.40am.

Bajamos a recepción para hacer el check-out y nos dicen que esperemos que tienen que subir a ver la habitación a ver si falta algo. Mientras yo voy pidiendo un Grab porque tardan bastante, menos esta vez. Alguien me aceptó y justo estaba en la entrada de la calle. Pues nada, nos quedamos ahí esperando a ver  y justo nos dice la chica de recepción que tenemos que pagar los kikos que nos habíamos comido, ¡¡vaya por dios!! unos que nos regalaron en el otro hotel cutre, en este había que pagarlos...mientras tanto el de Grab esperando.

Salimos tarde pero justo en ese momento me llega un mensaje de Google diciendo que nuestro vuelo se retrasa una hora, festival!! Así que ya con la calma salimos hacia el aeropuerto y cuando bajamos del Grab nos pusimos a la cola infinita de gente esperando para cruzar el arco de seguridad de la calle, no el de dentro.

Sabiendo que nos sobraba el tiempo nos daba igual. Nos vamos a la ventanilla del check-in y de ahí al control de salida de pasaporte, y vuelta de nuevo al control de equipaje. Al pasar todo esto, nos vamos a hacer tiempo a un puesto de bebidas llamado "Best Coffee of Seattle", donde nos metimos un buen chocolate caliente (un Nesquik básicamante). No tenía el estómago muy alegre que digamos, pero bueno, un chocolate no podía sentarme mal.

De aquí ya nos vamos a la puerta de embarque B32 y tras unos 45 minutos empezamos a embarcar ya. A mitad de vuelo me empiezan a dar retortijones en la barriga, ups mal signo!! Fui al baño un par de veces pero esto iba creciendo de magnitud.

A las 1.35h llegamos a Dubai y yo sigo con la tripa suelta. Llegamos a la puerta de embarque y Rhea quería irse a buscar el Shake Shack aunque estaba a tomar por c***. Yo no tenía ganas de comer nada, es más, tuve que hacer a Rhea quedarse con las mochilas mientras iba al baño dos veces totalmente reventado por dentro. Encima me dolía el estómago de c*j*nes. Mi única solución era tomarme un Fortasec para acabar con eso.

Ella al final consiguió ir a la aventura a por comida, pero acabó comprando en McDonalds algo, ya que el Shake Shack estaba en otra terminal, jeje. Yo no podía casi ni verlo, me daban ganas de vomitar, y todavía me quedaban 7h de vuelo, mas taxi, etcétera. Me quería morir. al poco de irse ella a por comida llamaron para pasar a la sala interior donde se hace el embarque. Yo como no tenía prisa me quedé sentado hasta que llegó Rhea con su comida.

Una vez entramos, a los 30 minutos empezaron a embarcar por zonas, la nuestra de las últimas casi. Cuando subimos al avión nos fuimos directos al asiento por la fila 52 mas o menos, y enseguida le dije a la azafata si tenían algo para contener el vómito. Ahí yo creo que hice saltar algunas alarmas.

Las azafatas empezaron a ir de adelante a trás preguntando por nuestro pasaporte, nombres, qué había tomado antes? al final nos cambiaron a la primera fila de la planta inferior claro, donde teníamos toda la fila para nosotros. Mejor ibamos, pero yo estaba muy jodido. La chica me dió botellas de agua con limón para cortar los viajes al baño y aparte para que no me deshidratase. Yo iba bebiendo poco a poco pero seguía jodio, aunque por lo menos no fui al baño más.

Tras 7h de trayecto y habiendo dormido algo (sin haber visto ni una película claro), llegamos a Barcelona. Todo el mundo te dice que aguantes despierto el segundo vuelo, porque así llegas fresco y duermes del tirón a la hora local, pero me fue imposible. Cogimos un taxi directo a casa y de ahí al sofa y cama respectivamente.

Ha sido el peor final que podía esperar, pero todo lo anterior ha merecido la pena y repetiría mil y una veces. Mejor así que no a mitad de trayecto que habría sido mucho peor. Por lo menos me traigo todos los recuerdos.

Friday, April 13, 2018

Philippines 13A - Cerrando el círculo

Nos levantamos pronto como siempre, pero no nos movimos de la cama, después de una noche bastante larga. Rhea se había dormido rápido con la película que estábamos viendo, pero yo me pasé un par de veces por el baño. No parecía grabe, así que no le dí mucha importancia.

Bajamos a desayunar a las 8.30am con calma. Nos pedimos nuestra tortilla, hicimos nuestros tostadas, estuvimos un rato jugando con la wifi, bajamos a imprimir las tarjetas de embarque del vuelo a recepción y nos volvimos tranquilamente a la habitación.

Teníamos tiempo para hacer algo, pero no lo suficiente como para ir al pueblo y hacer algo de provecho, con lo que nos quedamos en la habitación preparando maletas y descansando. Aquí una piscina nos habría venido de lujo.

Habíamos preguntado en recepción también la posibilidad de ir al aeropuerto con el shuttle que ofrecían ellos, pero nos dijeron que solo salía cada media hora, y encima iba parando por todos los hoteles del camino. Nosotros queríamos salir a las 11am y nos dijero que minimo 11.30am o más. Bajamos de la habitación a las 10.50am porque ya nos aburríamos de estar en ella metida, y porque estaban ampliando el hotel y el ruido de hormigoneras y taladros no era nada agradable.

Le pedimos a la de recepción que nos llamase a un triciclo para ir al aeropuerto, porque no queríamos esperar tanto, no vaya a ser que llegásemos tarde. Mientras tanto fuimos haciendo el checkout y pagando todo lo que debíamos. El triciclo apareció en nada y empezamos a montar las cosas atrás conmigo, Rhea iría delante junto al conductor.
A escasos 20 metros del hotel, se paró el triciclo y me encuentro esto en la parte delantera, es decir, al chico atando algo en la moto con una goma que se había soltado. OMG !! pensé que ya no llegábamos.

Él nos había dicho que se tardaban unos 50 minutos en llegar al aeropuerto, así que íbamos bien.
Lo arregló de alguna manera y ya nos pusimos en marcha. La carretera era de una carril para cada lado, asfaltada con hormigón (osea botando todo el camino) y de vez en cuando se ensanchaba algo más porque la estaban reparando. La verdad que si no fuese porque soy muy grande para ir ahí detrás metido, no se iba mal, me daba el aire y era barato.
De lo que no éramos conscientes era de la gran cantidad de hoteles que había tan lejos del propio pueblo. A ver, que con una moto se llega rápido, pero irse todos los días media hora en moto al pueblo a cenar era una paliza.
Después de algo menos de 45 minutos llegamos al aeropuerto, y este si que era enano. El de León a su lado era un palacio de congresos. Lo primero era que ya se hacía raro entrar en un aeropuerto en un triciclo de ese estilo, acostumbrado a buses y coches en España.

El aeropuerto era una nave industrial donde ocurría todo. Tenía 2 puertas de embarque solo y no había aire acondicionado, osea un horno industrial.
Cuando entramos había delante un mostrador de Cebú Pacific donde nos obligaron a ir incluso teniendo ya el boarding pass.

Esta fue la cara que se me quedó cuando nos quisieron hacer facturar las dos piezas grande, mi mochila y la maleta de Rhea, porque nos pasabamos del peso, que eran 7kg. Yo tenía unos 8 y Rhea ya casi 11kg.

Yo al final de tanto darle la chapa le convencí de no meter mi mochila, pero la de Rhea cayó, y nos hicieron pagar 700php. Al final lo que ahorramos por un lado con el shuttle del hotel, nos lo sacaron de otro.

Dejamos la maleta y pasamos el arco de seguridad, para acabar en una sala enana con bancos y ventiladores enormes.
Eso si, las dos puertas de embarque abiertas de par en par, como para tener aire acondicionado. Tenían sus dos pantallonas Samsung allí puestas y cargadores gratis para todo el mundo, pero todos ahogados de calor. Alrededor además había alguna tienda de regalos y comida que eran los únicos que sí tenían aire acondicionado dentro.

Todavía teníamos hora y algo por delante para salir, y es que el avión tenía que llegar primero desde Manila, dejar gente y volver a recoger. Mientras tanto otros vuelos iban saliendo, incluso uno a Manila también que iba con Philipines Airlines.
A las 12.35h llega el avión de Cebú Pacific, que suponíamos nos llevaría de regreso a Manila y así fue. A las 13.05h ya estábamos dentro de este avión-bus de hélice saliendo. Sobre las 14h ya estábamos aterrizando, pero aún quedaba un cacho hasta bajarnos del avión, y eso que no íbamos a la terminal internacional, sino que nos llevaron a una terminal minúscula.
Rhea se fue al baño mientras salía su maleta por la cinta, pero era tan pequeño que en menos de 10 minutos ya estaban todas en la cinta. Yo la recogí, esperé a que saliese ella del baño e inmediatamente nos salimos a la calle a coger un Grab al hotel.

Lo mejor de Filipinas, es que en los aeropuertos de ciudades transitadas, siempre tienes un "Grab Point" donde puedes ir y pedir un Grab si no tienes móvil del país. Nosotros como teníamos dos tarjetas SIM pedimos uno por nuestra cuenta, que resultó estar ahí esperando ya, como si fuese un taxi. Así que nos aceptó y nos pusimos en marcha hacia el hotel.

Tardamos menos de 10 minutos en llegar y eso contando con todo el traficazo que había a esas horas, y solo por 87php. También estaba mucho más cerca que el del primer día, y es que lo único que queríamos era estar cerca del aeropuerto para no madrugar mucho el día del vuelo. Al llegar al hotel hicimos el check-in y nos asignaron una habitación en la planta 11, la más alta, hasta donde no llegaba ni el ascensor, jaja. No teníamos desayuno, pero como salíamos pronto al aeropuerto, no tenía mucho sentido, encima nos darían algo en el avión, así que perfecto.

Subimos a la habitación y dejamos las cosas, nos cambiamos y nos pusimos a pensar qué sería mejor, si ir a la piscina un rato aunque hubiese nubes a ratos, o si nos íbamos al centro comercial enorme ese que teníamos al lado. Al final bajamos a la piscina, porque era muy pronto para meterse en un mall a hacer el chorra.
Al llegar a la piscina, lo primero que vimos, incluso antes que el agua, fue el restaurante que había junto a ella. Teníamos hambre, y es que no habíamos comido nada desde el desayuno de las 8. Exceptuando unos mangos deshidratados que comimos en el aeropuerto de Busuanga.

Dejamos las toallas en unas tumbonas que había libres y nos fuimos directos a comer algo. No queríamos comer mucho, solo beber para no deshidratarnos y matar un poco el hambre para luego cenar agusto en el centro comercial.

No querías sopa, pues toma dos tazas. Un sandwich que quitaba el hambre para 3 días, y Rhea un plato de algo típico de China llamado "Pancit Canton" (Chow mein en China), que es como noodles fritos con bacon. Según ella estaba muy bueno, yo ni me acuerdo aunque lo probé. Aparte a ella le trajeron pan con mantequilla y mermelada para untar, sin haberlo pedido.

Después dejé a Rhea pagando mientras yo me iba a tumbar un poco al sol que daba. La verdad que se estaba genial ahí tumbado mientras te daba el solecito de media tarde. El problema eran los 10 niños que había corriendo por la piscina, saltando y mojándonos. Cuando nos cansamos de estar ahí tumbados, osea las 17h, nos subimos otra vez a la habitación a ducharnos y descansar un poco antes de salir al mall. Yo encima aproveché para hacer un timelapse desde la ventana.

Sobre las 19h menos algo, salimos dirección al mall me Asia, para lo que cogimos un Grab que nos costó unos 180php por culpa del tráfico que había. El sitio este era brutal, tenía docenas de sitios para comer de todo tipo, incluso teníamos cadenas americanas que Rhea quería probar si o sí, pero nos pilló tarde y sin hambre.

Entramos en alguna tienda a por regalitos y cosas típias locales, como las bolsas de mangos disecados que trajimos para los del trabajo. De ahí subimos a ver todas las demás galerías e incluso acabamos comprando algo dulce en la tienda llamada BreadTalks. Algo lo comimos ahí mismo, pero el resto lo dejamos para la habitación, donde desapareció incluso antes de ir a dormir, jeje.

A las 21h volvimos en Grab por otros tantos php como en la ida, y yo me puse básicamente a hacer la maleta mientras Rhea se quedaba totalmente dormida encima de la cama con la televisión puesta. LA pobre estaba reventada y yo, que no tenía sueño todavía, me puse a hacer la mochila o al menos todo lo que pude que no estaba secándose o puesto en ese momento. De ahí me tumbé en la cama, bajé un poco el aire acondicionado que me daba en la cara, apagué al tele y a dormir.

Thursday, April 12, 2018

Philippines 12A - Corón spots

Nos levantamos bastante pronto, sobre las 6.30am, primero porque nos habíamos dormido muy pronto el día anterior con tanto trajín, y porque habíamos quedado con nuestro amigo Jean Paul en el puerto sobre las 7.30am para preparar todo.

Rhea y yo bajamos a desayunar al restaurante, pero no había rastro de Andrés y Miri. La verdad que el desayuno estaba bastante bien, era tipo buffet y te preparaban cualquier tipo de tortilla allí en el momento con lo que quisieras dentro. Había dulce y salado como siempre, aunque nosotros le tiramos más a lo dulce. Los asiáticos tiraban mas a lo salado: arroces con salsas raras, carne... (esto a las 7am)

Como estos no acababan de bajar nos fuimos a la habiación a lavarnos los dientes, coger la mochila y bajar de nuevo a recepción para pedir un triciclo que nos llevase al puerto, porque andando era una opción, pero se tardaba un buen rato y ya llegábamos tarde.

Cuando estábamos abajo empezamos a ver que esta gente no llegaba y les tuvimos que escribir por el whatsapp para que se dieran prisa porque ya íbamos tarde. Mientras el triciclo iba llegando y aparecía Miriam por las escaleras diciendo que esperásemos un momento que Andrés estaba teniendo un momento All-bran de repente, jejeje.
En triciclo era unos 10 minutos bajar hasta el puerto, y eso que no estaba lejos, pero la carretera no era del todo buena y encima éramos 4 gigantes en un espacio muy reducido. Cuando llegamos ya estaba aquello que parecía Las Ramblas en pleno verano, es decir, petado de gente, tanto local como extranjeros. Por supuesto que Jean Paul también estaba ya listo para nosotros, pero no iba a ser él quien nos llevase, sino que era la primera pieza el puzzle de más de 5 piezas que teníamos por delante.

Jean Paul nos dirigió por un laterla del mercado del puerto a una tienda donde nos alquilaban los snorkel por unos 100php cada uno creo. Yo traía mi máscara así que me lo ahorré por esa parte. Una vez teníamos los 4 las gafas, nos dirigió a otro hombre que andaba por allí, y que supuéstamente sería nuestro guía en el barco, llamado Abuik.

Con él nos fuimos caminando hasta el otro lado del puerto, donde estaba montado un mega mercado callejero de pescado, carne, frutas, verduras, etcétera.
A medida que nos íbamos acercando al lugar se veían más y más triciclos, camiones y de todo allí aparcados comprando de todo. Además, yo creo que la cara de Miri dice la sensación de estar ahí dentro metidos. Con la barriga de aquella manera, recién desayunados y con ese olor pestilente a pescado mezclado con carne, verduras y vete tú a saber qué mas, estuvo a punto de vomitar, y yo detrás, porque no estoy acostumbrado a un olor tan fuerte.

Yo no soy un experto, pero creo que en España, al tenerlo en hielo, se conserva mucho más y por tanto se empieza a descomponer más tarde, y de ahí ese olor nauseabundo. Ella en principio no pidió nada para comer, dijo que no quería, con lo que los demás elegimos algo de pescado, algo de pollo, cebollas, limones de filipinas (calamansi), ajo, hielo para las bebidas, una botella de agua mineral y un saco de carbón para cocinarlo todo.

Con todo en bolsas y el hielo empezando a derretirse, comenzamos el regreso al muelle para subirnos al barco que nos llevaría ese día por Corón. Eran tantos los barcos que había parados en la orillas, que para acceder al nuestro tuvimos que pasar a través de otro que estaba en primera fila.
Aquí se puede apreciar todos los que formábamos parte de la tripulación del barco. Nosotros 4, un capitán, un ayudante y el guía que salía con nosotros en cada parada a bucear.

El barco es bastante pequeño y siendo solo 4 ya agobiaba un poco, así que no me quiero imaginar los tours que nos cruzamos en los que iban montados varias decenas de locales/chinos/asiáticos.
La primera parada de la mañana se llamaba Siete Pecados, denominado así porque eran siete piedras que sobresalían del mar en modo de islas. Cuando te acercabas ya veías que todas y cada una de ellas tenían letreros que leían algo así como "Parque natural Siete Pecados, prohibido esto, y aquello...", vamos que eran conscientes del cuidado que reporta tener algo así ahí.

Nada más llegar ya se veían muchos peces en superficie y no dudamos en tirarnos al agua rápidamente a ver qué se veía. La verdad que la zona es una pasada y yo estoy convencido de que hay muchos más peces y tipos de coral que en El Nido, al menos en las zonas que nos enseñaron. Lo único que tener en cuenta eran los erizos de mar, que se contaban por decenas y con unas puas de cagarse vivo. Encima con el efecto lupa de las gafas, yo estuve apunto de llevarme un regalo. Creía que estaba más lejos de suelo y me apoyé en un coral. Si llega a ser un erizo, festival!!!
Estuvimos un buen rato ahí metidos, alrededor de media hora bucenado y grabando sin parar. Se veía de todo e incluso peces que te atacaban si te acercabas mucho, como este de la foto negro que atacó a Rhea.

Luego había otros de colores que se asustaban al pasar cerca y otro que pasaban de tí completamente.
También teníamos al típico Mnemo metido en sus anémonas. La verdad que me gustó mucho esa zona.

La putada que es una zona muy conocida, y al poco de llegar nosotros aparecieron más barcos de gente que se puso a hacer buceo muy cerca.
Cuando acabamos aquí nos dirigimos al siguiente punto del camino, Kayangan Lake. Si lo buscan en Google aparece como son dos puntos diferentes, pero en realidad es lo mismo. Los barcos te dejan en la entrada desde el mar, donde dejan todos los barcos. Desde ahí, tienes que pasar por una caseta que te pide que pagues unas tasas de acceso (lo nuestro ya iba incluido en el precio), y desde ahí subes unas escaleras bastante empinadas y altas para realmente acceder a los que se denomina "lago".

Lo peor de este sitio era que cuando llegamos ya había mas de 10 barcos parados en la orilla. De hecho, tuvimos que pasar a través de otro barco para poder llegar a la orilla. Bueno pues empezamos a subir las escaleras, y cuando llegas a la cima, antes de pasar al otro lado y a mano izquierda hay un mirado donde todo cristo quiere hacerse la típica foto de ese lugar. Nosotros pensamos que era mejor bajar al lagoon ahora que no había "mucha gente" (entendido por menos de 12M de asiáticos a la vez).

Lo gracioso de todo es que muchos de los asiáticos no sabían nadar, así como lo digo. Muchos se tiraban al agua con el chaleco salvavidas y se iban enganchando entre ellos como una cadena humana a un guía que iba tirando de ellos, un show vamos. Eso si, el chaleco salvavidas era obligatorio para todo el mundo en esa zona, no entendimos mucho por qué, porque realmente no te dejaba nadar, era un maldito estorbo, pero bueno, como esta gente era poco de agua, a saber.
La primera foto es del mirador que decía, al que pudimos acceder después de un buen rato, es decir, cuando nos cansamos en el lago, subimos e hicimos cola para poder tirar un par de fotos, porque había gente que se tiraba 10 minutos haciendo fotos uno por uno del grupo, en todas las posibles posturas que existen.

La otra foto es de la zona del lago, que como se puede ver al fondo está acotada con unas boyas que no se deben pasar por seguridad. En definitiva te dejan nadar con el chaleco en una piscina natural. Nosotros primero nos pusimos a hacer fotos en esa zona parecida a una embarcadero de madera, pero cuya estructura se alejaba bastante de ser segura, y luego ya nos tiramos al agua con el chaleco.

El chaleco estaba bien si querías hacer fotos desde el agua, porque no te hundías ni un centímetro, pero para nadar era un engorro, porque encima te acababa haciendo daño en la axila del roce. Nos dimos unas vueltas por el agua de lado a lado, hicimos algunos videos y nos salimos para ir de nuevo al otro lado y poder sacar un rato el dron. Si desde abajo está chulo, desde arriba ni te imaginas.
Hay muchos vídeos con imágenes que son una pasada, sobre todo el color del agua que es impresionante. El único problema era que el sol pegaba bien, y la cámara del dron pilló mucho brillo, pero aún así, totalmente recomendable.

Cuando me cansé de manejar el dron y para no hacer esperar mucho más a los demás, lo bajé y nos fuimos al barco. Siguiente parada pese a ser muy pronto era la isla de Dinanglet para comer. Es una pequeña isla que estaba un poco más abajo del Kayangan Lake, y que en principio es una de las mejores de la zona, donde suelen llevar a todos los turistas. Lo bueno es que en ese momento que fuimos solo había una embarcación allí, también puede que fuese porque eran las 11am.

Ninguno teníamos hambre, pero ellos tenían que preparar todo todavía con lo que algo más de tiempo tendríamos para hacer hambre. La isla era enana, con varios merenderos de bamboo y alguna tumbona del mismo material, donde se tiraron Andrés y Miriam al principio. Tenía hasta baños limpios para ir si tenías alguna urgencia.

Rhea y yo nos metimos en una de las casetas a dejar las cosas mientras nos preparaban la comida. No lo dije, pero estas embarcaciones incluyen todas una barbacoa al final, donde con el carbón que compramos hacen todo. Los platos, vasos y demás lo traen ellos todo. Nosotros íbamos a plato puesto, nunca mejor dicho.
Esto que se ve fue todo lo que prepararon estos hombres del barco, ¿una pasada verdad? En menos de media hora ya teníamos todo encima de la mesa preparado. Y en esta imagen no se ven los platos que pusieron de fruta después con piña, plátano y mango. Mira que yo no era partidario de comer pescado pero lo acabé probando y la verdad que estaba muy bueno. El pollo también estaba muy tierno y el arroz lo mezclaron con huevo y ajo para hacerlo menos denso, y acertamos.

Miriam como estaba revuelta del estómago todavía, le dejamos que comiera todo el mango y parte de otras frutas. La pobre estaba jodida, jeje. No teníamos hambre pero nos acabamos todo el pollo, el pescado casi entero y la mitad del arroz. Ya estábamos con el horario totalmente cambiado, tanto de comidas como de sueño.

Después de la comida y con el calorazo que hacía, le pedimos a nuestro guía Abuik que nos dejase algo de tiempo para descansar un rato. Él no estaba ni preocupado, de hecho ya tenían una hamaca de árbol preparada para esas siestas de media mañana. Miriam  se tumbó de nuevo y Andrés se dedicó a tomar fotos de todas partes. Rhea  y yo nos fuimos a dar un paseo hasta el otro lado de la isla, que era enana. En menos de 5 minutos ya estábamos en la otra playa. La putada era que en ese momento hacía mucho viento y el agua estaba muy turbia para meterse. Nos volvimos al otro lado de la playa y nos tumbamos un rato a descansar.

Sobre las 13.30h decidimos avisar al guía e irnos porque se empezaba a llenar aquello de más embarcaciones que venían a comer, y ya no se estaba tan bien. Ahora dudábamos si ir a otra playa conocida llamada CYC o ir directamente a otro punto a bucear o visitar. El guía nos dijo que CYC era muy bonita pero que estaría llena de gente. Cancelamos playa entonces y nos dirigimos a nuestro siguiente punto, Twin Lagoon.
Las Twin Lagoon se llaman así porque son dos lagos interconectados por un agujero en una pared de roca, el cual había sido habilitado para que las personas pudieran pasar de un lado a otro.

Teníamos dos opciones de entrada, ya que las dos lagunas conectaban con mar abierto, pero nosotros nos fuimos a la más grande, donde solo había un par de barcos parados.
Nos tiramos al agua porque no cubría casi nada en la entrada y nos fuimos con nuestros chalecos otra vez al lago. Esta vez no me lo puse, es decir, lo tiré en el agua como si fuera una tabla y me tumbé encima para ir nadando mejor. Como no dijeron nada pues así lo dejé todo el rato. El error fue que no cogimos las gafas de buceo porque no parecía haber mucho bajo el agua, solo un agujero profundo.

Básicamente la gracia era llegar al pasadizo entre lagos y pasarlos por debajo como un campeón. El problema eran el centerar de asiáticos que había fuera esperando para pasar. Estaban haciendo un grupo muy grande fuera para algo que no sabíamos y que adivinamos más tarde, así que Rhea y yo que íbamos con el guía por delante, les sobrepasamos y nos metimos por debajo de las rocas para pasar al otro lago.
Como se puede ver en la imagen de la izquierda, aparte del pasadizo hay unas escaleras de madera que también van al otro lado del lago. Estas escaleras no son solo para los menos valientes, sino también porque en temporada baja el agua del lago está más elevada con lo que el hueco bajo las rocas desaparece y no se puede pasar.

Nosotros pasamos tranquilamente con nuestro guía y llegamos al otro lado donde sí que había docenas de barcos parados y gente nadando en el agua. La verdad que hicimos bien en ir a la otra entrada, menos concurrida y más bonita. Una vez en el otro lado, no había mucho más que ver, así que quisimos dar la vuelta, pero en ese mismo momento nos sorprendió el autobús de asiáticos que venían enganchados unos a otros.

Esto era lo que estaban haciendo fuera, una especie de cadena humana enganchados unos a otros tumbados para pasar por debajo. Muchos cerraban hasta los ojos para pasar por debajo, jajaja, y yo me pregunto ¿sino sabes nadar, para qué te metes ahí a pasarlo mal? pero bueno, ellos sabrán. Cuando acabaron de pasar los dos autobuses de gente y antes de que pasase el siguiente, nosotros nos colamos de nuevo.

No había mucho más que ver, así que nos volvimos a la zona del barco que daba más el sol, el agua estaban más clara, había menos gente y además podía sacar el dron a pasear. Mientras tanto Miri y Andrew seguían por el agua haciendo fotos y pasando el rato. Cuando nos cansamos, nos subimos todos y nos fuimos al siguiente punto, que todavía no estaba claro. Nosotros le preguntábamos por un sitio que habíamos leído llamado Green Lagoon, que estaba un poco más adelante, pero no sé si es que no nos entendía, que ellos lo llamaban de otra manera o yo que sé.

El tema es que nos dijeron que eso nos constaría otros 150php por cabeza a cada uno para poder entrar ahí y nosotros nos hicimos un poco los remolones y dijimos que si, que venga, que tirase millas. El problema fue que nos dejó en una zona que era como un entrante de agua en las rocas, feo, pequeño y encima no se veía nada. Así que le dijimos que por eso no íbamos a pagar, además, no sé si se ve bien, pero en cada sitio que hay que pagar hay una caseta de bamboo con alguien que se encarga de recoger dinero, pero en esta no había nadie y aún así nos querían sacar el dinero. Les dijimos que ni de coña, que eso era una mierda y que buscasen otro sitio mejor.

A los 5 minutos se detuvieron en otro entrante que parecía más chulo (no me preguntes dónde porque no lo supe nunca). Ahí nos tiramos al agua y empezamos a bucear para ver corales.
No sé cómo, pero uno de los hombres que venían en el barco se tiró al agua y de repente salió con un pez en la mano, que resultó ser un pez globo, osea el de la foto. Es un pez que para defenderse, en lugar de huir se hincha. Al principio daba cosa, porque su piel se estira y parecen pinchos, pero todo lo contrario, era como si fuera un balón de plástico con estrías. Al pobre lo íbamos metiendo en el agua cada poco para que no se ahogase.

Después de aquí ya casi no quedaba sol, ni a nostros ganas de seguir buceando por ningún sitio, así que les pedimos que nos llevasen ya de vuelta a puerto.Una vez allí, pagamos lo que debíamos al dueño del barco mas una mínima propina (porque no nos quedaba mas) y cogimos un triciclo por 100php entre los 4 para ir al hotel, de risa.
De risa sobre todo por la decoración del triciclo, que no sé si se aprecia mucho pero era todo de Hello Kitty.

Según el chico era porque tenía una niña pequeña y lo decoró a su gusto digo yo.

A estas les chifló y se pusieron a hacerse fotos mientras yo subía por las llaves de las habitaciones.
De ahí nos fuimos a ducharnos y a descansar un poco hasta las 18.30h que quedamos abajo para ir a cenar, esta vez sí, al restaurante español Hangover, y es que era nuestra última noche en la isla y juntos con madrileños.

A la hora que dijimos estábamos ya todos abajo pero esta vez no pedimos ningún triciclo, decidimos ir caminando hasta el restaurante que estaba a unos 15 minutos. Al llegar nos dimos cuenta que estaba vacío completamente, y es que enfrente había una trattoria a reventar de gente, incluso haciendo cola fuera. Hay que decir que los locales se vuelven locos con las pizzas, y es que allí las hacen muy buenas.

Nosotros entramos al nuestro y nos fuimos a la planta de arriba, porque abajo es mas bar de copas, e incluso estaban montando ya el escenario para una banda que tocaría luego en directo.
Íbamos con hambre, y al oír las palabras "tortilla de patatas" casi lloramos. Sabíamos que no sería como las nuestras, pero la idea era ya placentera.

El chico nos dijo que tardarían una media hora en hacerla, así que nosotros fuimos pidiendo unos zumos de fruta para quitar la sed, un plato de nachos con guacamole y un plato de calamares. Aparte, Andrew se pidió una buena hamburguesa de carne de cerdo creo, que se acabó de dos bocados. Seguía en su línea de comer tres veces más, jaja.

Los calamares se les acabaron así que Miriam pidió una de bravas par probarlas. Tortillas de patatas con Bravas, a tope!!!

Nosotros comíamos con hambre, pero sabiendo que nos quedaba la tortilla. Cuando acabamos de cenar yo no podía ni andar de la panzada. Rhea acabó dejando un trozo de tortilla y me quería hacer comer a mi eso, ni de coña!!!
Salimos del restaurante sobre las 20.30h rodando los cuatro por las escaleras. La verdad que el local está genial, y fue una pena no podernos quedar más tiempo a escuchar la música en directo, pero al día siguiente nos íbamos todos y ya estábamos bastante cansados de tanto barco y buceo. Encima Miriam y Andrés salían del hotel prontísimo, como sobre las 5am o así.

Nos costó la vida llegar al hotel, con la barriga llena y con el calor que hacía fue un auténtico sufrimiento. Al llegar, nos despedimos de ellos antes de irnos a las habitaciones porque ya no nos volveríamos a ver, al menos por Filipinas. De aquí a dormir, porque nuestro avión salía bastante más tarde y podíamos recoger por la mañana.

Aquí empezó el festival de mi barriga. Sabía que había cenado demasiado, y encima tenía en el cuerpo un Fortasec para evitar problemas durante el tour de buceo, pero parece que al haber metido tanta presión, algo quería salir. Y así me pasé casi toda la noche, yendo y viniendo del baño. Algo no pintaba nada bien en mi cuerpo, pero no le dí mucha importancia, pensé que sería normal después de tantos zumos, pescaditos y demás del viaje.

Wednesday, April 11, 2018

Philippines 11A - Busuanga Island

Apenas habíamos dormido cuando ya nos teníamos que levantar. El ferry salí a las 6am pero nosotros teníamos que estar allí una hora antes para hacer el checkin, lo que significaba que nos teníamos que levantar a las 4.30am.

La noche antes, le pedimos al chico de recepción si nos podían hacer una especie de desayuno para llevar y fue una conversación de besugos. Dijo que si, que no, que vale, que si, que no...una conversación estúpida. Al final acabó diciendo que la cocina estaba abierta desde las 4am y que no habría problema.

Bueno pues, a las 4.45am estábamos abajo con las mochilas y maletas haciendo el checkout. Le preguntamos al mismo chico (turno de noche) por el desayuno y nos dice - no, no tenemos desayuno hecho - pero como sorprendido de lo que estábamos pidiendo. En fín, se metió a la cocina y nos prepararon algo rápido para llevar en una bolsa y nos pidieron un triciclo para ir al muelle. No estaba muy lejos, pero cargando con todas las mochilas y bolsas, y con la barriga como la teníamos, era mejor nor forzar. Además creo que nos costó 50php.

Cuando llegamos al muelle estaba todo oscuro y mucha gente dentro del recinto sentada, y otra tanta fuera sentada por las aceras esperando a algo, no sé muy bien qué. Miriam y Andrés, que también iban a Corón el mismo día sorprendentemente, ya estaban allí con más sueño que nosotros, porque ellos tenían el hotel a mas de media hora de El Nido.

Mientras tanto, yo subí unas escaleras de caracol que conducían a la cafetería del muelle en la segunda planta, con objeto de comprar algo parecido a Gatorade, o Powerade, o algo similar para decirle al cuerpo que se hidratase un poco. Bueno pues no tenían nada de eso, solo snacks y agua deshidratada, fail !!! Baje las escaleras sin más y justo abre el mostrador de checkins.

Fuimos Andrés y yo con los tickets de los 4 y fichamos unos papeles que nos habían dado para subir al ferry. Sobre las 5.15am abrieron la valla y nos movimos todos para subir al ferry ya. Era bastante pequeño y yo temía marearme, porque encima se nos habían acabado las pastillas antimareo en los tours de días pasados.

Tuvimos suerte porque la mar estaba en calma y no se movía apenas el barco. Íbamos entre durmiendo, jugando con el móvil, escuchando música con nuestros megacascos...todo era poco para distraerse, porque encima nos tocaron asientos de ventana y medio, ya que el ferry era de 4 y 4 asientos con el pasillo en el medio. Rhea incluso tuvo humor para desayunar lo que nos habían preparado en el hotel, que esa es otra, iba alguna tortilla a medio hacer, y se desparramó por toda la bolsa, pringando entera la bolsa de mis zapatillas también, un desastre vamos.

Tras salir a las 6am, llegamos a puerto sobre las 10.35, es decir, mas de media hora por encima de lo que esperábamos. Salimos del frigorífico del ferry y de repente nos encontramos con el calor de Corón, que le pegaba bastante y nos tocaba esperar por las maletas/mochilas (esta vez no hubo distinción, todas a bodega).

Nos quedamos esperando por estos dos por cortesía antes de ir a buscar un triciclo, cuando de repente Andrés saca sus papeles y dice - a ver dónde coño está ahora este hotel, hotel Vela Terraces - ¡¡pumba, el mismo hotel que el nuestro!!, casi como si lo hubiésemos planeado a propósito. Pues nada, los cuatro juntos todo el resto del viaje.
Nada mas emprender el camino hacia la salida nos asaltó un chico local con gafas que quería llevarnos donde fuese. Le dijimos el nombre del hotel y nos contestó que por 400php sin problemas. ¿Qué íbamos a decir por 1€ cada uno? adelante pues...
Cabe decir que este aguililla que sale en la imagen conduciendo, se había colado en el puerto para conseguir clientes, mientras los demás motoristas esperaban su turno fuera. Se había metido por una alambrada de obras, probablemente en complicidad con el guarda de seguridad.

Esta era la situación nada más subirnos al tricilo. Rhea y Miriam adelante con el conductor, Andrés atrás con todas las maletas, y yo sentado justo detrás de él, con las piernas en el aire, rezando para que ninguna moto que se nos cruzaba me las golpease.

El tráfico a esa hora de la mañana era horrible y nos costó salir del centro del pueblo, que por cierto, no era Corón, sino la Isla de Busuanga. Después de un poco de caos, nos quedaba la peor parte, subir la cuesta que llevaba al hotel con todo el peso. Al principio casi tenemos que bajar a empujar, pero finalmente lo consiguió y nos dejó sin problemas en el hotel.

El hotel era nuevo, como casi recién construído. de hecho, seguía ampliándolo hacia arriba porque eso sí, las habitaciones eran bloques de hormigón construidos a diferentes alturas. Echamos mucho de menos una piscina, sobre todo cuando nos dijo la chica que era pronto para hacer el check-in, que tendríamos que esperar al menos una hora. Hicimos un poco de ingeniería textil para cambiarnos en el baño de recepción, sacamos lo justo de las maletas y el resto lo dejamos en consigna, porque quedarnos una hora ahí sin hacer nada no era viable.

Nuestra idea era irnos a una playa que Rhea había leído era asequible, aunque sabíamos que no eran playas de turistas, sino más de locales. Preguntamos si habría algo para comer en ella, porque era ya tarde y no sabíamos dónde ir. El conductor del triciclo que pedimos nos dijo que no habría nada, y nosotros pensamos que nos quería hacer el lío (desconfiados nosotros).

El tipo arrancó dirección a esa playa, llamada Bali beach, cuando a los 5 minutos se detiene en una tienda, según dijo él, a comprar tabaco y para que comprásemos algo de comer. Nosotros seguíamos pensando que nos quería hacer la púa, pero bueno, teníamos hambre y yo llevaba una sed del caralho, así que compramos unas galletas del estilo Oreo, y un gatorade de limón para la barriga.

Ahora comenzaba lo bueno, y es que al salir del centro del pueblo hacia esa playa, era todo arena, no había asfalto. El camino parecía una broma, es decir, baches por todas partes, cuestas imposibles de subir. Tan imposibles que Andrés y yo tuvimos que bajar a empujar 2 veces, porque él y yo íbamos atrás por pesar más, mientras las chicas iban delante haciendo contrapeso.

Cuando llegamos a la playa resultó ser cierto que no había nada de nada, solo docenas de locales pasando el día. Encontramos un puesto de golosinas donde Miri y Andrés compraron una especie de pan de coco casero que tenían, que no resultó saber nada mal, por menos de 100php. Aparte, cuando fuimos a pagar los 400php al conductor del triciclo no dijo - no no, ahora no, luego - y nosotros sorprendidos le preguntamos ¿luego cuando?, a lo que nos dijo - cuando regresemos, que yo me quedo aquí con vosotros hasta que os vayáis - what!!!!! el pobre hombre ya había hecho el mes con nosotros habiéndo pagado 6€ simplemente, increíble.

Pues nada, nos fuimos a tumbar a la playa y al principio pillamos sol, pero luego unos niños dejaron un árbol libre, y ahí fuimos a meternos los cuatro, porque cascaba de narices. Bueno Rhea aguantó más al sol que nadie, nosotros tres preferimos dormir un poco a la sombra.

Pasamos casi toda la mañana y parte de la tarde ahí en la playa haciendo nada, y sobre las 15.30h decidimos que ya era suficiente por hoy, y que además teníamos un hambre de la leche, que necesitabamos repostar. Avisamos a nuestro colega del triciclo y nos pusimos en marcha de nuevo por el camino de arena.

Esta vez fue mucho peor que al venir, porque aparte que casi quema la moto al forzar el motor demasiado, llegó un punto en que la moto se inclinó tanto hacia la derecha, que metió la rueda en una zanja y quedó medio encallada. Andrés y yo sin preguntar nos bajamos a empujar un poco, y cuando salió de golpe, llevaba tanta fuerza que casi vuelca con las chicas dentro, jajaja, vaya risas nos echamos!!!

En fin, cuando estábamos en el pueblo sobre las 16.15h, le dijimos que nos dejase en una zona de restaurantes y nos soltó enfrente del Bluemoon restobar. La verdad que teníamos en mente ir a uno español de la zona conocido, pero acabamos entrando a este otro porque daban hamburguesas y tenía muy buena pinta. Lo primero que hicimos fue pedir algo de beber con urgencia. Rhea y yo parece que olvidamos el problemita de la barriga y nos volvimos a pedir otro zumo con hielo, sin más. Andrés una cerveza y Miri otro zumo de mango.

No nos dió tiempo ni a hacer fotos de la comida, teníamos tanta hambre que no vimos el plato delante. El de Andrés tardó un poco más que el resto, y cuando llegó ya habíamos acabado el resto. Había que decir que el cabrón comía por tres y se pidió dos platos. Mientras acababa, nosotros dos decidimos que sería buena idea acercarnos al puerto a preguntar por un barco para salir al día siguiente. Quedamos en que volvíamos en unos minutos y listo.

Rhea y yo bajamos por Rosario street con la suerte de encontrarnos sin querer el restaurante español del que habíamos estado hablando, el Hangover. Seguimos recto y en menos de 5 minutos ya estábamos en el puerto. Allí vimos a algunos turistas hablando con locales y pensamos que esa era nuestra oportunidad. Preguntamos al primero que vimos libre y nos dijo que justamente le quedaba un barco libre para el día siguiente, que nos costaría unos 4500php en total y la comida y snorkel iban aparte. Le tuvimos que regatear un poco y lo dejamos en unos 4000php.

Con los deberes hechos, regresamos al restaurante con estos dos y les contamos lo que habíamos conseguido. Ellos antes de irnos ya sabían mas o menos lo que nos costaría y dijeron que les parecía bien, así que perfecto. Cuando llegamos estaban comiendo el postre todavía, uno que nos dijeron era famoso de allí pero no habíamos probado. Mientras acababan, íbamos pensando nuestro siguiente paso, que sería subir al monte de detrás a ver la famosa puesta de sol.

Salimos del bar, giramos doblemente a la derecha y comenzamos a subir por la misma calle del Hangover pero hacia el otro lado. Giramos por Nueva street  a la derecha y la primera de nuevo a la izquierda hasta llegar a las famosas escaleras Tapyas.
La subida no tenía desperdicio como se aprecia en la foto aérea, y casi después de unos 700 escalones llegamos finalmente arriba. La sudada no era broma y justo al parar era cuando empezaba a venir el calor más agobiante. Respiramos un poco, nos dimos la vuelta y comenzamos realmente a apreciar el paisaje de Corón. Es una auténtica pasada cómo cae el sol entre las islas. Totalmente recomendado.

Después de la paliza, no íbamos a bajar de inmediato, y nos quedamos hasta que se hizo de noche haciendo fotos y videos sin parar. Daba igual el ángulo, las fotos eran una pasada. Les pedimos unas fotos a unos asiáticos, pero estos se hicieron los sordos y pasaron de nuestro culo, un poco imbéciles la verdad. Al final Andrés nos hizo alguna por detrás, pero salimos muy oscuros.

Cuando empezamos a bajar, las luces ya se habían encendido por las escaleras, porque no se veía un pimiento. No era tanto como subir, pero bajar era también una odisea guapa. Al llegar abajo del todo nos detuvimos en una tienda llena de niños a comprar agua para hidratarnos. Recuerdo que estos dos compraron la típica crema aftersun de Nivea y les clavaron la vida, jajaja, Andrés estaba que trinaba.

Lo mejor de haber hecho la subida, es que nuestro hotel ya estaba a mitad de camino y sólo tuvimos que girar por Nueva street todo recto. Tardamos unos 15 minutos en llegar completamente a oscuras por la carretera.

Al llegar al hotel eran las 18.30h y por suerte ya teníamos las maletas en las habitaciones correspondientes, ellos en la planta 2 y nosotros en la 4, es decir, más escaleras que subir. Pero primero había que hacer el check-in y recoger las llaves. En principio quedamos con estos en salir a cenar a las 20.30 a cenar al Hangover, pero después de ducharnos nos escribimos por el whatsapp para cancelar eso, jaja. Estábamos tan cansados que la ducha nos noqueó, y ya nos quedamos los 4 sin cenar en el hotel. Bueno realmente solo Rhea y yo, porque estos acabaron bajando al restaurante del hotel a cenar una pizza.

Un poco de televisión y a dormir con el aire acondicionado.

Tuesday, April 10, 2018

Philippines 10A - Kraken Tour K2

E L   K R A K E N   K 2

Hoy nos volvemos a despertar a las 7am para nuestra desgracia, porque podíamos haber dormido hasta las 10 casi antes de ir al tour de nuevo. Mientras tanto para hacer algo de tiempo bajamos a desayunar, aunque nuestros estómagos ya empiezan a echar chispas con tanto zumo, hielo y demás cosas que tomamos.

Quisimos aprovechar la mañana para ir caminando hasta el final de la calle, la misma que la del ATM pero más lejos todavía, a ver si el puerto donde estan los ferrys era ese, porque al día siguiente nos tocaba ir a Corón en uno. Llegamos en unos 15 minutos andando y efectivamente era ese el que nos tocaba. Regresamos al hotel con la sudada correspondiente, preparamos la bolsa estanca de nuevo con todo lo necesario: móviles, dron, GoPro, cremas, gafas de sol, y mucho más...

Tras un rato de cama e internet, nos ponemos en marcha de nuevo al Marber's restaurant y allí ya nos esperan Andrés y Miriam, con otro grupo nuevo de personas. Esta vez eramos 4 más creo, pero aún así el barco era grande de narices. Había un grupo de mujeres de extremadura, otros de luna de miel, una pareja turco-surafricana, una pareja alemana que no interactuó con nadie durante todo el viaje, uno de los chilenos del día anterior y más gente con la que no llegué a intercambiar muchas palabras.

Nos pusimos en marcha hacia la primera parada, y esta vez no dudamos en tomarnos las pastillas para el mareo, porque según nos comentaron, hoy iba a ser un día más movido ya que los destinos eran en mar abierto. Tras unos 25 minutos  llegamos a nuestro primer destino, que aunque no recuerdo el nombre o la localización exacta, debió ser en la isla de Cadlao.
En esta imagen se puede ver a Rhea en el fondo de la cueva, la cuál tenía una chimenea por la que entraba el sol.

La verdad que era bastante rara y había zonas con bastante suciedad (hojas, ramas, plásticos...) por lo que no nos quedamos mucho. Después de hacernos fotos unos a otros, volvimos por donde entramos, que por cierto, era bastante angosto y con las paredes de piedra volcánica bastante afilada.
Creo que aquí fue donde me apoyé sin querer porque resbalé y me clavé un par de piedras en la mano, pero bueno, nada grabe. Yo creo que todos acabamos con nuestras marcas de guerra de golpearnos contra los corales.

Cuando salimos de la cueva nos fuimos diretos al barco porque no había mucho más que ver por ahí y nos dirigimos al siguiente destino, la playa de Ubugon Cove, o como ellos lo llamaron Cadlao Lagoon. Estaba cerca, con lo que no nos dió tiempo apenas ni a secarnos los bañadores, cuando ya estábamos otra vez en el agua. Esta vez no había kayaks esperándonos, con lo que tuvimos que bajar con las tablas de paddel surf.

Rhea y yo los primeros como siempre para volver rápido al barco a grabar con el dron. Había gente como Miriam que decidió saltar al agua e ir nadando hasta la orilla, aunque era un trozo de la leche. Nosotros nos metimos casi hasta la orilla, donde estaba la llamada Lagoon, porque se veía que cubría bastante, y nos dedicamos a sacar fotos. Luego aprovechamos que llegó Miriam nadando y nos hizo alguna otra desde el agua.
Aquí se puede apreciar la cara de felicidad que tenía yo cuando nos dijeron que solo podía remar uno de los dos, y como yo pesaba más e iba atrás, me tocaba a mi solito.

El agua se puede ver casi transparente en la imagen, y es que cada vez que salía el sol era una pasada.
Regresamos poco a poco al barco mientras Andrés y Miriam seguían buscando peces con las gafas de bucear. Estuvimos una media hora y luego ya nos fuimos al siguiente punto del viaje, la Hidden beach. Esta es la playa en la que se basó el libro de la película de Di Caprio "La playa", aunque luego se rodase en Tailandia. Aunque se puede acceder por barco tranquilamente, se llama "oculta" porque a simple vista cuando pasas con el barco no se vé, porque la orografía de las islas te lo tapa y parece una única pared de roca.

Nosotros como somos más valientes, decidimos meternos por el lado complicado, es decir, a través de las rocas de coral. Al principio se nadaba bien porque cubría bastante, pero a medida que nos acercábamos a la pared de la isla, el agua golpeaba más fuerte y cubría mucho menos. La mejor opción era ir buceando casi en plancha para evitar golpes con las rocas.
En la foto de la izquierda se ve el sitio tan complicado por el que quisimos entrar con el snorkel y la GoPro. A ver, está muy chulo entrar por ahí y de repente encontrarse esa pedazo de playa, osea que yo lo recomiendo totalmente, el problema es la corriente que hay para poder entrar, que puede que no sea aconsejable para no golpearte contra las rocas.

Una vez estás dentro se puede ver lo que hay en la foto de la derecha; una playa circular de aguas turquesas transparentes y calientes, con nada de aire y un sol que te broncea en tres segundos. Cuando llegamos la había gente, que por casualidad ya conocían a gente que venía en nuestro barco. Aparte había un asiático con un dron como el mío grabando desde la propia playa, que yo pensé - ¿cómo narices habrá traído el dron hasta aquí sin empaparlo?.

Estuvimos un rato hablando entre nosotros, con Miriam y con una chica turca muy maja y su marido surafricano blanco como la leche, jeje. Cuando me cansé de la solana, me fuí de regreso al barco a por el dron para grabar mis propias imágenes. Lo más complicado para volver al barco era alejarse de la orilla donde estaban los corales más altos. La corriente te arrastraba constantemente contra la pared y era complicado nadar sin profundidad.

Cuando llegué estaba Didac (el chico catalán) tirado en el colchón del barco reventado. Una cosa que no conté es que el pobre estaba con una infección de orina brutal, y que dos días antes había estado en un barco también con fiebre aguantando viento y marea.

Esa es la putada de vivir en El Nido, nos comentaba Didac. Si tienes un problema médico no te atienden en días festivos o fines de semana, y si tienes algo grabe tienes que pagarte una furgoneta que te lleve a Puerto Princesa al hospital, es decir, casi 7 horas de paseo en esas carreteras del infierno. Más te vale no ponerte malo.
Cuando pasó la media hora de rigor, la gente empezó a volver al barco para proseguir la travesía. La siguiente parada era ya para comer por la horas que eran, casi las 15h. Nos dejaron entre dos islas enormes montañosas, Matiunloc y Tapiutan, enfrente de la Star Island.

Como se aprecia en el mapa, era básicamente al otro lado de la montaña. A mi esta zona me impresionó mucho porque navegar entre estas dos islas montañosas era como estar dentro de una película, y si encima tienes en cuenta el santuario religioso que había en medio, era como una película de James Bond.

Cuando nos detuvimos frente a la isla, nos dijeron que podíamos hacer tiempo tirándonos al agua a bucear un rato. Rhea ni se tiró, se encontraba algo destemplada y no quería mojarse. Yo me lancé sin pensarlo y sin saber lo que había debajo. En esta zona sí que había peces y como para no haber, justo debajo de la proa estaba el cinturón de coral que iba en paralelo a la pared de roca de la isla. Había centenares de peces de colores y me gustó bastante. El inconveniente era que justo a continuación había una caída de nivel impresionante, donde no se veía el fondo y de la que subían de vez en cuando corrientes de agua fría que acojonaban un huevo.

Me subí de nuevo al barco y prácticamente ya estaba todo montado sobre la barra del bar para comer. Encima hoy éramos más y parecía que más hambrientos, porque estaban todos encima de la barra esperando el pistoletazo de salida. Esperamos a que subieran los últimos del agua y nos lanzamos contra las bandejas de comida.

Cuando acabamos ya eran casi las 16h y nos tocaba todabía acceder a la Secret Beach. No estaba muy lejos, de hecho tardamos menos de 10 minutos en llegar a ella desde ahí. Para acceder a ella no había otra opción que sumergirse entre las rocas, por una especie de cueva hasta llegar al otro lado.
Como se aprecia en esta foto aérea, no había otra forma de acceder al interior. Nos tiramos Rhea y yo los primeros del barco, y no sólo para poder regresar rápido y grabar con el dron, sino también para acceder al interior y que no hubiese nadie delante para tirar fotos.

El pasadizo no era muy grande pero se pasaba sin agobios. No hacía falta bucear, pero se recomendaba hacerlo porque las olas te iban moviendo de un lado a otro y encima los peces que entraban por el mismo sitio lo hacían todo más místico y bonito. La verdad que la playa dentro era enana y estaba rodeada por una piscina de agua con corales y peces muy raros. Por eso también se recomendó que entrásemos con las zapatillas puestas.

Nos hicimos unas fotos y unos vídeos y salimos otra vez al barco a sacar el dron a pasear. Mientras tanto uno de los chicos del barco se puso a bucear con aletas para pasar por debajo de una especie de pasadizo bajo el agua.
También es cierto que con aletas se nada mucho más rápido y encima ellos eran super bajitos y cabían por todas partes.

Aún así yo no lo hubiera hecho, me da mucho respeto hacer esas historias.
Yo seguía jugando con el dron y la gente seguía todavía en la playa metidos haciendo tiempo. La zona era una auténtica pasada. El problema es que la noche caía y nos teníamos que ir porque sino no llegaríamos a la puesta de sol desde el barco. Lo aco*onante de aquí, fue ver a la chica que ayudaba en el barco, cómo escalaba las paredes de la roca con los pies descalzos sin hacerse daño. Impresionante el cayo que tiene esta gente, que se sube por todas partes sin problemas, como el día anterior a los cocoteros.

Cuando todo el mundo regresó, pusimos rumbo a la playa de Corong Corong para terminar el viaje. Pero como se aprecia en el mapa, el sol nos iba dando siempre por la espalda y había nubes, con lo que las fotos no fueron ni la mitad de bonitas que las del tour de día anterior. Aún así merecía la pena ver cómo cambiaba el cielo de color. Cuando pisamos la playa eran las 18h aproximadamente y ya solo nos quedaba despedirnos e ir a coger el triciclo correspondiente a El Nido (100php).

Cuando nos acabamos de duchar y preparar, salimos a cenar a un sitio que habíamos visto desde el primer día que servía bowles de frutas de los que nos gustan a los dos, llamado Glow Juices. La verdad que no resultó ser como lo esperábamos, es decir, no tenían muchas de las frutas que muestran en la carta y las acabaron sustituyendo por "dragon fruit", que es algo así como un kiwi pero trasparente e insípido.
Aparte le metieron mucho zumo de otra fruta que no sé que era, mango, algo de plátano y açai, que son como unas bolitas púrpura muy amargas.

La cantidad y el precio mas o menos cuadraba, pero realmente el sabor del mío era horrible y lo acabé tirando porque me daba un poco de asco. Me dió rabia hacerlo, pero peor era comerlo sin ganas.

El de Rhea estaba mucho mejor porque era más básico, tenía mucha piña, mango y plátano y entraba mejor al estar frío.
Tras el fracaso de esta cena, pensé en comprarme algo más para saciar el poco hambre que tenía en ese momento, pero creo que no llegué a comprar nada más. De verdad que lo poco que comí del bowl me cerró el estómago.

Después de esto, solo nos quedaba buscar algún regalo más para la familia de Rhea y de ahí sobre las 21h cogimos dirección al hotel para preparar las mochilas y descansar, porque al día siguiente nuestro ferry salía a las 6am.

TIPs:
  • El tour K2 es la mezcla de los tours B y C que ofrecen la mayoría de empresas de El Nido. Este coge lo mejor de ambos y encima sale más tarde para evitar colapso de barcos.
  • El tour K1 tiene mejor sunset.
  • Sacad dinero siempre por las mañanas que es cuando no hay cortes de luz.

Monday, April 9, 2018

Philippines 09A - Kraken Tour K1

E L   N I D O

Nos despertamos sobre las 7am con la preocupación de si habría o no ATM funcionando. Bajamos primero a desayunar y cuando acabamos fuimos directos al cajero, y cuando digo directos, digo directos. Vamos que no me cambié ni el pijama, jaja

Al llegar al cajero vimos una cola de gente esperando y dedujimos que la luz había vuelto. Efectivamente los dos cajeros estaban a pleno rendimiento. Hicimos nuestras matemáticas particulares y sacamos de 2 veces porque no nos daba la pasta que queríamos sacar. Es una putada porque cada vez que sacas, te meten una comisión de 250php (3.5€). Necesitábamos dinero para pagar los dos tours del Kraken, cenas en El Nido y todo lo que fuésemos a hacer en Corón, porque habíamos leído que allí tampoco habría cajeros.

Con toda la billetada nos fuimos al hotel a descansar, porque una cosa buena que tiene el tour del Kraken es que no sale a horarios convencionales, y de ese modo evitamos aglomeraciones en los puntos de parada. La hora de salida eran las 11am desde un local llamado Marber's Restaurant. Mientras yo regresaba al hotel a hacer uso del baño, jeje, Rhea se quedó en uno de los puestos de camino para comprar una bolsa estanca, que nos haría falta durante la mayor parte de lo que queda de viaje. Creo que costó alrededor de 300php.

Las horas en el hotel se hacían eternas, porque no teníamos TV, le pegaba el sol en la habitación y encima internet solo conseguíamos usarlo muy pronto por la mañana. Después de cargar labolsa de 20kg estanca con todas nuestras cosas, siendo casi las 10.50 nos pusimos en marcha hacia el restaurante de la playa. Tardamos unos 5 minutos en llegar, y justo cuando estamos allí me doy cuenta que llevo el dron, pero no el móvil para manejarlo. Volví corriendo y en menos de 5 minutos ya estaba de vuelta, eso sí, con una sudada del 15.

Nos registramos con la chica, le pagamos lo que debíamos y nos tocó esperar un poco a que estuviéramos todos. No éramos muchos, unos 6 españoles, 2 chilenos, 4 australianos, un par de argentinos y un par de alemanes creo. Cabe decir que el barco del Kraken también es 4 veces más grande que un barco turístico convencional.

Llega el barco a la orilla, pero ninguno se detiene en la arena, así que nos acercan una cesta grande de plástico y nos dicen que tiremos ahí todas las bolsa (menos mal que compramos la estanca). Para subirla al barco, le tuve que ayudar al chico porque pesaba bastante y encima este chico era la mitad de alto que yo. Donde él casi ya se ahogaba, yo iba perfectamente andando, jajaja.

Subimos todos al barco y nos pusimos en marcha en mar abierto. Nosotros teníamos miedo de que con el viento del día anterior se hubiese cancelado hoy, o que no se cancele pero la mar estuviese muy revuelta. Por unas u otras, no dudamos en tomarnos la pastilla del mareo, a la que había que sumar las de la malaria y del estómago que nos metimos con el desayuno, un festival de pastilleros, jojojo.

Ahí en el barco empezamos a hacer buenas migas con dos españoles que vivían en Dublín, Andrés y Miriam. Aparte, el camarero de la barra o ayudante del barco, era de Barcelona, lo que también nos ayudaba a hablar de cualquier cosa. Le íbamos preguntando del tour, de los destinos, dónde íbamos a continuación, dónde se comía, etcétera. Aquí pasó el primer plato con snacks del viaje a modo de bienvenida. Por supuesto podíamos pedir todas las bebidas que quisiéramos y cuando quisiéramos, había barra libre.

El primer destino era el Small Lagoon. Se llama así, porque era un entrante de mar en un hueco que dejaban las rocas de la isla de Miniloc, donde el agua se calmaba hasta el punto de parecer una laguna. El color del agua era casi transparente y cubría poco. Nuestro barco se detuvo en mar abierto fuera del lago, y nos acercaron unos Kayaks para poder ir de 2 en 2 remando hacia dentro. También teníamos la posibilidad de utilizar las tablas de paddel que llevábamos en el barco subidas.
Aquí aprovechamos conocer a estos dos chicos de Dublín para intercambiarnos las GoPro, de modo que ellos no harían fotos o vídeos a nosotros y viceversa.

El problema fue que pecamos de novatos, porque cuando la lente de la GoPro se moja, quedan huellas y las fotos salen muy borrosas. Lección aprendida para el resto del viaje.
La verdad que para ser las horas que eran, estaba muy petado de gente. Teníamos que hacer turnos para pasar por ciertos estrechamientos, o para visitar alguna cueva. Nosotros preguntamos al catalán y nos dijo que era normal, los lagos siempre estaban a reventar y daba igual la hora.

Después de la media hora que nos dejaron estar ahí, nos dispusimos a movernos al siguiente sitio, que estaba muy seguido de este, era el Big Lagoon. Yo pensaba sacar el dron en el pequeño, pero me aconsejaron sacarlo en el siguiente porque era cuatro veces más grande, y desde allí arriba se verían los dos seguidos.
A escasos 5 minutos en barco estaba la otra entrada al Big Lagoon. Rhea y yo siempre salíamos los primeros en el Kayak, porque así nos daba tiempo de regresar rápido para sacar el dron.

Este como se puede apreciar si que era más grande, porque las demás embarcaciones no se quedaban fuera como en el otro, aquí entraban con toda la maquinaria hasta dentro.
Nuestro barco que era bastante más grande se volvía a quedar fuera. Esto era una putada porque nos daban también media hora solo para entrar, sacar fotos y salir remando. Encima si cuentas con que tienes que ir esquivando barcos pues, lo complica aún más.

Nosotros nos metimos hacia el fondo más azul oscuro que se ve en la imagen, y seguidos por Andrés y Miriam, nos empezamos a intercambiar fotos del lugar. Luego ellos se quedaron por ahí haciendo más fotos y Rhea y yo nos metimos en el brazo que se ve a la izquierda abajo. Había algún pasillo entre rocas para meterse con el kayak y de ahí nos fuimos ya al Kraken a volar el dron.

Mientras la gente seguía por el lago metida, nosotros nos secábamos en el barco gozando con las imágenes aéreas. Aquí la gente empezó a darse cuenta de lo que era un dron, especialmente los australianos jóvenes que se quedaron pillados. Como la gente tardaba en llegar al barco, nosotros nos empezamos a tirar al agua desde el barco para refrescarnos un poco, porque no es que hiciera demasiado calor, pero parados en el barco con el bochorno, te quemaba bastante.

El siguiente punto era para comer ya. Nos llevaron a una zona donde había poca corriente, porque seguía siendo mar abierto, y nos dejaron tirarnos a bucear un rato. Yo me tiré y rápidamente ví que no había mucho que rascar ahí, era más un pasatiempo hasta que tuvieran la comida lista. Rhea ni hizo el amago de tirarse, y cuando me vió salir tan rápido menos aún.
Esta era otra de las ventajas de este tour, los pedazo menues que se curraban eran brutales. Había de todo y aunque atacábamos con hambre, siempre quedaba comida. Yo creo que la comida fue alrededor de las 15h. Encima cuando la gente acaba de comer, retiran lo que sobra y te ponen unas bandejas con fruta y helados o barritas de chocolate.

Con toda la panzada encima, nos empezamos a mover hacia la snake Island. En Google no aparece ni como isla, y es que es un banco de arena que aparece y desaparece con las mareas. De hecho, cuando llegamos nosotros con el barco solo se veía un barco parado ahí mismo, y gente caminando por una zona que no cubría mucho.
Como se puede ver desde el aire con el dron, eso es lo que le da nombre a esta zona. Uno de los ayudantes del barco, de nombre "Rhianna" (era un tío con mechas rubias), nos dijo que subiéramos la colina porque arriba del todo había un mirador. Así que nada, nos dieron unas botas para poder pisar por piedra a cada uno y al lío.

Cuando llegamos arriba unos se subían a los árboles a hacer fotos, otros desde el suelo y yo desde el aire.
Aquí fue cuando los australianos empezaron a hacerme preguntas de todo porque no se lo creían. ¿pero ves lo que ve el dron? ¿y si se pierde? ¿y si se acaba la batería? y bueno, al final dijeron que se comprarían uno, jeje.

La siguiente parada era una isla muy cercana a donde habíamos estado el día anterior con la tirolina, se llamaba la isla de Pinagbuyutan. Cuando llegamos solo se veía una isla que estaba formada casi 90% de una pared vertical de roca volcánica, y en la base una pequeña extensión de terreno donde había una pequeña playa, con unas pocas palmeras y una caseta de bamboo, como en todas partes.

La putada era que esa zona de playa era donde ya apenas daba el sol, pero merecía la pena bajar a verla y sacarse unas fotos. Además había unos locales en la isla escalando los cocoteros con los pies descalzos que era para verlos.
Para muestra esta imagen sacada con el Iphone de Rhea. El sol estaba cayendo justo por detrás, que era el siguiente punto que teníamos que ver o que estaba fijado en el tour K1.

Estuvimos en la isla unos 20 minutos haciendo fotos y vídeos y de aquí nos íbamos ya de regreso a la playa de Corong Corong, donde se acababa el viaje por hoy.
Pero antes de terminar nos esperaba una de las puestas de sol más impresionantes que hemos visto ninguno nunca.
El barco se movía desde la isla de Pinagbuyutan hasta la playa de Corong Corong por la línea azul marcada en el mapa, mientras manteníamos el sol siempre a nuestra izquierda. Las nubes se habían disipado o estaban ya por encima de la línea del sol, con lo que pudimos hacer cientos de fotos de diferentes colores a medida que el sol iba cayendo por el oeste tras las islas.

A todo esto había que añadir que en el barco, los chicos iban cambiando la música a medida que iba avanzando el día. A primera hora de la mañana era música pop, luego por la tarde más música de discoteca, y cuando nos acercábamos a Corong beach la música empezó a ser un rollo más tirando a Titanic o cosas así, jeje. La verdad que se lo tenían muy bien estudiado, porque ademas había muchas parejas, viajes de novios, etcétera.
A medida que avanzaba la tarde, la gama de colores cambiaba como se aprecia en las dos fotos, aunque hicimos decenas más. Sobre las 18h el barco llegaba a su destino final, la playa de Corong, pero no nos dejaban en la arena, sino que nos acercaron en grupo de tres subidos en las tablas de Paddel surf.

Cuando ya todos estábamos en la orilla, nos trajeron la caja con todas las cosas, las recogimos, nos despedimos de los australianos (porque tenían el hotel ahí mismo en la playa) y nos subimos desde la playa a la carretera general para poder llamar a un triciclo. Bueno digo llamar, pero cuando salimos ya había varios esperando. Nos medio despedimos de Andrés y Miriam, aunque les convencimos de que hicieran el tour K2 con nosotros al día siguiente, porque ellos encima tenían el hotel a una media hora de El Nido, en un hotel que tela, nos dijeron.

Entonces nos subimos a dos triciclos diferentes y les dijimos que nos siguieran, que las oficinas del Kraken estaban al lado de nuestro hotel. Cuando nos dejó el triciclo en el Coral Cliff, ellos nos adelantaron. Subimos al hotel y nos duchamos, esta vez ya con agua algo más caliente, después de que subieran por segunda vez a enseñarnos cómo funcionaba el agua (el agua caliente va alrevés que en el resto del mundo).

Salimos a cenar sobre las 20h como siempre, y nos fuimos a una trattoria que había en la calle de los restaurantes llamada Altrove El Nido, por unos 560php. Había que descalzarse para entrar, y estaba como siempre a reventar. Tuvimos suerte que una mesa quedó libre y nos metimos al local rápidamente. Nos pedimos una pizza para compartir y cuando acabamos nos cogimos un helado en la tienda de la esquina, llamado Gusto Gelato. Estaban muy buenos, pero cabe decir que los frigoríficos allí no funcionan como los de aquí, es decir, o lo comias a carreras o adiós helado, jeje.

Desde aquí, todavía con la pizza en la barriga, preferimos caminar un poco calle abajo buscando algunos imanes para la familia. Cuando los encontramos, nos fuimos de regreso al hotel a descansar, que al día siguiente esperaba otro tour.