Thursday, April 12, 2018

Philippines 12A - Corón spots

Nos levantamos bastante pronto, sobre las 6.30am, primero porque nos habíamos dormido muy pronto el día anterior con tanto trajín, y porque habíamos quedado con nuestro amigo Jean Paul en el puerto sobre las 7.30am para preparar todo.

Rhea y yo bajamos a desayunar al restaurante, pero no había rastro de Andrés y Miri. La verdad que el desayuno estaba bastante bien, era tipo buffet y te preparaban cualquier tipo de tortilla allí en el momento con lo que quisieras dentro. Había dulce y salado como siempre, aunque nosotros le tiramos más a lo dulce. Los asiáticos tiraban mas a lo salado: arroces con salsas raras, carne... (esto a las 7am)

Como estos no acababan de bajar nos fuimos a la habiación a lavarnos los dientes, coger la mochila y bajar de nuevo a recepción para pedir un triciclo que nos llevase al puerto, porque andando era una opción, pero se tardaba un buen rato y ya llegábamos tarde.

Cuando estábamos abajo empezamos a ver que esta gente no llegaba y les tuvimos que escribir por el whatsapp para que se dieran prisa porque ya íbamos tarde. Mientras el triciclo iba llegando y aparecía Miriam por las escaleras diciendo que esperásemos un momento que Andrés estaba teniendo un momento All-bran de repente, jejeje.
En triciclo era unos 10 minutos bajar hasta el puerto, y eso que no estaba lejos, pero la carretera no era del todo buena y encima éramos 4 gigantes en un espacio muy reducido. Cuando llegamos ya estaba aquello que parecía Las Ramblas en pleno verano, es decir, petado de gente, tanto local como extranjeros. Por supuesto que Jean Paul también estaba ya listo para nosotros, pero no iba a ser él quien nos llevase, sino que era la primera pieza el puzzle de más de 5 piezas que teníamos por delante.

Jean Paul nos dirigió por un laterla del mercado del puerto a una tienda donde nos alquilaban los snorkel por unos 100php cada uno creo. Yo traía mi máscara así que me lo ahorré por esa parte. Una vez teníamos los 4 las gafas, nos dirigió a otro hombre que andaba por allí, y que supuéstamente sería nuestro guía en el barco, llamado Abuik.

Con él nos fuimos caminando hasta el otro lado del puerto, donde estaba montado un mega mercado callejero de pescado, carne, frutas, verduras, etcétera.
A medida que nos íbamos acercando al lugar se veían más y más triciclos, camiones y de todo allí aparcados comprando de todo. Además, yo creo que la cara de Miri dice la sensación de estar ahí dentro metidos. Con la barriga de aquella manera, recién desayunados y con ese olor pestilente a pescado mezclado con carne, verduras y vete tú a saber qué mas, estuvo a punto de vomitar, y yo detrás, porque no estoy acostumbrado a un olor tan fuerte.

Yo no soy un experto, pero creo que en España, al tenerlo en hielo, se conserva mucho más y por tanto se empieza a descomponer más tarde, y de ahí ese olor nauseabundo. Ella en principio no pidió nada para comer, dijo que no quería, con lo que los demás elegimos algo de pescado, algo de pollo, cebollas, limones de filipinas (calamansi), ajo, hielo para las bebidas, una botella de agua mineral y un saco de carbón para cocinarlo todo.

Con todo en bolsas y el hielo empezando a derretirse, comenzamos el regreso al muelle para subirnos al barco que nos llevaría ese día por Corón. Eran tantos los barcos que había parados en la orillas, que para acceder al nuestro tuvimos que pasar a través de otro que estaba en primera fila.
Aquí se puede apreciar todos los que formábamos parte de la tripulación del barco. Nosotros 4, un capitán, un ayudante y el guía que salía con nosotros en cada parada a bucear.

El barco es bastante pequeño y siendo solo 4 ya agobiaba un poco, así que no me quiero imaginar los tours que nos cruzamos en los que iban montados varias decenas de locales/chinos/asiáticos.
La primera parada de la mañana se llamaba Siete Pecados, denominado así porque eran siete piedras que sobresalían del mar en modo de islas. Cuando te acercabas ya veías que todas y cada una de ellas tenían letreros que leían algo así como "Parque natural Siete Pecados, prohibido esto, y aquello...", vamos que eran conscientes del cuidado que reporta tener algo así ahí.

Nada más llegar ya se veían muchos peces en superficie y no dudamos en tirarnos al agua rápidamente a ver qué se veía. La verdad que la zona es una pasada y yo estoy convencido de que hay muchos más peces y tipos de coral que en El Nido, al menos en las zonas que nos enseñaron. Lo único que tener en cuenta eran los erizos de mar, que se contaban por decenas y con unas puas de cagarse vivo. Encima con el efecto lupa de las gafas, yo estuve apunto de llevarme un regalo. Creía que estaba más lejos de suelo y me apoyé en un coral. Si llega a ser un erizo, festival!!!
Estuvimos un buen rato ahí metidos, alrededor de media hora bucenado y grabando sin parar. Se veía de todo e incluso peces que te atacaban si te acercabas mucho, como este de la foto negro que atacó a Rhea.

Luego había otros de colores que se asustaban al pasar cerca y otro que pasaban de tí completamente.
También teníamos al típico Mnemo metido en sus anémonas. La verdad que me gustó mucho esa zona.

La putada que es una zona muy conocida, y al poco de llegar nosotros aparecieron más barcos de gente que se puso a hacer buceo muy cerca.
Cuando acabamos aquí nos dirigimos al siguiente punto del camino, Kayangan Lake. Si lo buscan en Google aparece como son dos puntos diferentes, pero en realidad es lo mismo. Los barcos te dejan en la entrada desde el mar, donde dejan todos los barcos. Desde ahí, tienes que pasar por una caseta que te pide que pagues unas tasas de acceso (lo nuestro ya iba incluido en el precio), y desde ahí subes unas escaleras bastante empinadas y altas para realmente acceder a los que se denomina "lago".

Lo peor de este sitio era que cuando llegamos ya había mas de 10 barcos parados en la orilla. De hecho, tuvimos que pasar a través de otro barco para poder llegar a la orilla. Bueno pues empezamos a subir las escaleras, y cuando llegas a la cima, antes de pasar al otro lado y a mano izquierda hay un mirado donde todo cristo quiere hacerse la típica foto de ese lugar. Nosotros pensamos que era mejor bajar al lagoon ahora que no había "mucha gente" (entendido por menos de 12M de asiáticos a la vez).

Lo gracioso de todo es que muchos de los asiáticos no sabían nadar, así como lo digo. Muchos se tiraban al agua con el chaleco salvavidas y se iban enganchando entre ellos como una cadena humana a un guía que iba tirando de ellos, un show vamos. Eso si, el chaleco salvavidas era obligatorio para todo el mundo en esa zona, no entendimos mucho por qué, porque realmente no te dejaba nadar, era un maldito estorbo, pero bueno, como esta gente era poco de agua, a saber.
La primera foto es del mirador que decía, al que pudimos acceder después de un buen rato, es decir, cuando nos cansamos en el lago, subimos e hicimos cola para poder tirar un par de fotos, porque había gente que se tiraba 10 minutos haciendo fotos uno por uno del grupo, en todas las posibles posturas que existen.

La otra foto es de la zona del lago, que como se puede ver al fondo está acotada con unas boyas que no se deben pasar por seguridad. En definitiva te dejan nadar con el chaleco en una piscina natural. Nosotros primero nos pusimos a hacer fotos en esa zona parecida a una embarcadero de madera, pero cuya estructura se alejaba bastante de ser segura, y luego ya nos tiramos al agua con el chaleco.

El chaleco estaba bien si querías hacer fotos desde el agua, porque no te hundías ni un centímetro, pero para nadar era un engorro, porque encima te acababa haciendo daño en la axila del roce. Nos dimos unas vueltas por el agua de lado a lado, hicimos algunos videos y nos salimos para ir de nuevo al otro lado y poder sacar un rato el dron. Si desde abajo está chulo, desde arriba ni te imaginas.
Hay muchos vídeos con imágenes que son una pasada, sobre todo el color del agua que es impresionante. El único problema era que el sol pegaba bien, y la cámara del dron pilló mucho brillo, pero aún así, totalmente recomendable.

Cuando me cansé de manejar el dron y para no hacer esperar mucho más a los demás, lo bajé y nos fuimos al barco. Siguiente parada pese a ser muy pronto era la isla de Dinanglet para comer. Es una pequeña isla que estaba un poco más abajo del Kayangan Lake, y que en principio es una de las mejores de la zona, donde suelen llevar a todos los turistas. Lo bueno es que en ese momento que fuimos solo había una embarcación allí, también puede que fuese porque eran las 11am.

Ninguno teníamos hambre, pero ellos tenían que preparar todo todavía con lo que algo más de tiempo tendríamos para hacer hambre. La isla era enana, con varios merenderos de bamboo y alguna tumbona del mismo material, donde se tiraron Andrés y Miriam al principio. Tenía hasta baños limpios para ir si tenías alguna urgencia.

Rhea y yo nos metimos en una de las casetas a dejar las cosas mientras nos preparaban la comida. No lo dije, pero estas embarcaciones incluyen todas una barbacoa al final, donde con el carbón que compramos hacen todo. Los platos, vasos y demás lo traen ellos todo. Nosotros íbamos a plato puesto, nunca mejor dicho.
Esto que se ve fue todo lo que prepararon estos hombres del barco, ¿una pasada verdad? En menos de media hora ya teníamos todo encima de la mesa preparado. Y en esta imagen no se ven los platos que pusieron de fruta después con piña, plátano y mango. Mira que yo no era partidario de comer pescado pero lo acabé probando y la verdad que estaba muy bueno. El pollo también estaba muy tierno y el arroz lo mezclaron con huevo y ajo para hacerlo menos denso, y acertamos.

Miriam como estaba revuelta del estómago todavía, le dejamos que comiera todo el mango y parte de otras frutas. La pobre estaba jodida, jeje. No teníamos hambre pero nos acabamos todo el pollo, el pescado casi entero y la mitad del arroz. Ya estábamos con el horario totalmente cambiado, tanto de comidas como de sueño.

Después de la comida y con el calorazo que hacía, le pedimos a nuestro guía Abuik que nos dejase algo de tiempo para descansar un rato. Él no estaba ni preocupado, de hecho ya tenían una hamaca de árbol preparada para esas siestas de media mañana. Miriam  se tumbó de nuevo y Andrés se dedicó a tomar fotos de todas partes. Rhea  y yo nos fuimos a dar un paseo hasta el otro lado de la isla, que era enana. En menos de 5 minutos ya estábamos en la otra playa. La putada era que en ese momento hacía mucho viento y el agua estaba muy turbia para meterse. Nos volvimos al otro lado de la playa y nos tumbamos un rato a descansar.

Sobre las 13.30h decidimos avisar al guía e irnos porque se empezaba a llenar aquello de más embarcaciones que venían a comer, y ya no se estaba tan bien. Ahora dudábamos si ir a otra playa conocida llamada CYC o ir directamente a otro punto a bucear o visitar. El guía nos dijo que CYC era muy bonita pero que estaría llena de gente. Cancelamos playa entonces y nos dirigimos a nuestro siguiente punto, Twin Lagoon.
Las Twin Lagoon se llaman así porque son dos lagos interconectados por un agujero en una pared de roca, el cual había sido habilitado para que las personas pudieran pasar de un lado a otro.

Teníamos dos opciones de entrada, ya que las dos lagunas conectaban con mar abierto, pero nosotros nos fuimos a la más grande, donde solo había un par de barcos parados.
Nos tiramos al agua porque no cubría casi nada en la entrada y nos fuimos con nuestros chalecos otra vez al lago. Esta vez no me lo puse, es decir, lo tiré en el agua como si fuera una tabla y me tumbé encima para ir nadando mejor. Como no dijeron nada pues así lo dejé todo el rato. El error fue que no cogimos las gafas de buceo porque no parecía haber mucho bajo el agua, solo un agujero profundo.

Básicamente la gracia era llegar al pasadizo entre lagos y pasarlos por debajo como un campeón. El problema eran el centerar de asiáticos que había fuera esperando para pasar. Estaban haciendo un grupo muy grande fuera para algo que no sabíamos y que adivinamos más tarde, así que Rhea y yo que íbamos con el guía por delante, les sobrepasamos y nos metimos por debajo de las rocas para pasar al otro lago.
Como se puede ver en la imagen de la izquierda, aparte del pasadizo hay unas escaleras de madera que también van al otro lado del lago. Estas escaleras no son solo para los menos valientes, sino también porque en temporada baja el agua del lago está más elevada con lo que el hueco bajo las rocas desaparece y no se puede pasar.

Nosotros pasamos tranquilamente con nuestro guía y llegamos al otro lado donde sí que había docenas de barcos parados y gente nadando en el agua. La verdad que hicimos bien en ir a la otra entrada, menos concurrida y más bonita. Una vez en el otro lado, no había mucho más que ver, así que quisimos dar la vuelta, pero en ese mismo momento nos sorprendió el autobús de asiáticos que venían enganchados unos a otros.

Esto era lo que estaban haciendo fuera, una especie de cadena humana enganchados unos a otros tumbados para pasar por debajo. Muchos cerraban hasta los ojos para pasar por debajo, jajaja, y yo me pregunto ¿sino sabes nadar, para qué te metes ahí a pasarlo mal? pero bueno, ellos sabrán. Cuando acabaron de pasar los dos autobuses de gente y antes de que pasase el siguiente, nosotros nos colamos de nuevo.

No había mucho más que ver, así que nos volvimos a la zona del barco que daba más el sol, el agua estaban más clara, había menos gente y además podía sacar el dron a pasear. Mientras tanto Miri y Andrew seguían por el agua haciendo fotos y pasando el rato. Cuando nos cansamos, nos subimos todos y nos fuimos al siguiente punto, que todavía no estaba claro. Nosotros le preguntábamos por un sitio que habíamos leído llamado Green Lagoon, que estaba un poco más adelante, pero no sé si es que no nos entendía, que ellos lo llamaban de otra manera o yo que sé.

El tema es que nos dijeron que eso nos constaría otros 150php por cabeza a cada uno para poder entrar ahí y nosotros nos hicimos un poco los remolones y dijimos que si, que venga, que tirase millas. El problema fue que nos dejó en una zona que era como un entrante de agua en las rocas, feo, pequeño y encima no se veía nada. Así que le dijimos que por eso no íbamos a pagar, además, no sé si se ve bien, pero en cada sitio que hay que pagar hay una caseta de bamboo con alguien que se encarga de recoger dinero, pero en esta no había nadie y aún así nos querían sacar el dinero. Les dijimos que ni de coña, que eso era una mierda y que buscasen otro sitio mejor.

A los 5 minutos se detuvieron en otro entrante que parecía más chulo (no me preguntes dónde porque no lo supe nunca). Ahí nos tiramos al agua y empezamos a bucear para ver corales.
No sé cómo, pero uno de los hombres que venían en el barco se tiró al agua y de repente salió con un pez en la mano, que resultó ser un pez globo, osea el de la foto. Es un pez que para defenderse, en lugar de huir se hincha. Al principio daba cosa, porque su piel se estira y parecen pinchos, pero todo lo contrario, era como si fuera un balón de plástico con estrías. Al pobre lo íbamos metiendo en el agua cada poco para que no se ahogase.

Después de aquí ya casi no quedaba sol, ni a nostros ganas de seguir buceando por ningún sitio, así que les pedimos que nos llevasen ya de vuelta a puerto.Una vez allí, pagamos lo que debíamos al dueño del barco mas una mínima propina (porque no nos quedaba mas) y cogimos un triciclo por 100php entre los 4 para ir al hotel, de risa.
De risa sobre todo por la decoración del triciclo, que no sé si se aprecia mucho pero era todo de Hello Kitty.

Según el chico era porque tenía una niña pequeña y lo decoró a su gusto digo yo.

A estas les chifló y se pusieron a hacerse fotos mientras yo subía por las llaves de las habitaciones.
De ahí nos fuimos a ducharnos y a descansar un poco hasta las 18.30h que quedamos abajo para ir a cenar, esta vez sí, al restaurante español Hangover, y es que era nuestra última noche en la isla y juntos con madrileños.

A la hora que dijimos estábamos ya todos abajo pero esta vez no pedimos ningún triciclo, decidimos ir caminando hasta el restaurante que estaba a unos 15 minutos. Al llegar nos dimos cuenta que estaba vacío completamente, y es que enfrente había una trattoria a reventar de gente, incluso haciendo cola fuera. Hay que decir que los locales se vuelven locos con las pizzas, y es que allí las hacen muy buenas.

Nosotros entramos al nuestro y nos fuimos a la planta de arriba, porque abajo es mas bar de copas, e incluso estaban montando ya el escenario para una banda que tocaría luego en directo.
Íbamos con hambre, y al oír las palabras "tortilla de patatas" casi lloramos. Sabíamos que no sería como las nuestras, pero la idea era ya placentera.

El chico nos dijo que tardarían una media hora en hacerla, así que nosotros fuimos pidiendo unos zumos de fruta para quitar la sed, un plato de nachos con guacamole y un plato de calamares. Aparte, Andrew se pidió una buena hamburguesa de carne de cerdo creo, que se acabó de dos bocados. Seguía en su línea de comer tres veces más, jaja.

Los calamares se les acabaron así que Miriam pidió una de bravas par probarlas. Tortillas de patatas con Bravas, a tope!!!

Nosotros comíamos con hambre, pero sabiendo que nos quedaba la tortilla. Cuando acabamos de cenar yo no podía ni andar de la panzada. Rhea acabó dejando un trozo de tortilla y me quería hacer comer a mi eso, ni de coña!!!
Salimos del restaurante sobre las 20.30h rodando los cuatro por las escaleras. La verdad que el local está genial, y fue una pena no podernos quedar más tiempo a escuchar la música en directo, pero al día siguiente nos íbamos todos y ya estábamos bastante cansados de tanto barco y buceo. Encima Miriam y Andrés salían del hotel prontísimo, como sobre las 5am o así.

Nos costó la vida llegar al hotel, con la barriga llena y con el calor que hacía fue un auténtico sufrimiento. Al llegar, nos despedimos de ellos antes de irnos a las habitaciones porque ya no nos volveríamos a ver, al menos por Filipinas. De aquí a dormir, porque nuestro avión salía bastante más tarde y podíamos recoger por la mañana.

Aquí empezó el festival de mi barriga. Sabía que había cenado demasiado, y encima tenía en el cuerpo un Fortasec para evitar problemas durante el tour de buceo, pero parece que al haber metido tanta presión, algo quería salir. Y así me pasé casi toda la noche, yendo y viniendo del baño. Algo no pintaba nada bien en mi cuerpo, pero no le dí mucha importancia, pensé que sería normal después de tantos zumos, pescaditos y demás del viaje.

No comments:

Post a Comment