Wednesday, December 26, 2018

Navidad 2018

Llega esa época del año de compartir, reír y disfrutar de todo y de todos en familia y con amigos.
25 de diciembre fum, fum, fum !!! Dando los regalos al pequeño de la casa

Cena con los compañeros de universidad
Restaurante El Besugo

Las navidades han sido muy duras en lo que a comida se refiere :P
Esto es un resumen de lo poco que hemos podido comer toda la familia reunida.

Este miércoles dia 2 de enero, nos tocó coger la bicicleta e irnos desde Mansilla al pueblo de los abuelos, Matallana de Valmadrigal.

Nos subimos a la bicicleta mi cuñado y yo y nos metimos casi 50km entre pecho y espalda, a una temperatura rondando los 0ºC.

Ambos trayectos fueron diferentes (véase aquí):
https://www.relive.cc/view/2050176016
https://www.relive.cc/view/2050879789

Pero también hemos tenido tiempo para la diversión y el ocio con los peques y mayores.

Patinaje en la pista de hielo de la Junta y un escape room por todo lo alto con la morita asturiana :)

Saturday, December 8, 2018

Egipto - Abu simbel - 08 de diciembre y adiós

Tras una única noche en el Hotel Seti de Abu Simbel, nos levantamos a las 7am, o mejor dicho, me levanté cuando Rhea abrió la cortina de nuestra habitación y los rayos del sol me dieron en toda la cara 💣🌞
Sin duda era un hotel para haber pasado mas de una noche en él.

Nos fastidió mucho el hecho de haber salido de Aswan a las 10am el día anterior, cuando podíamos haber estado en la piscina del hotel.

Otra cosa que nos fastidió fue que, como las otras dos familias tenían el vuelo a las 14h desde Aswan, nos obligaron a todos a volver antes y tampoco pudimos disfrutar la piscina ese día.
Así que nada, nos fuimos a desayunar tranquilamente y a las 8.40 ya estábamos saliendo del hotel en la misma furgoneta del día anterior. Pero antes, nos tocó pasar por recepción a abonar la comida del día anterior y las bebidas de las cenas y desayunos (290L).
Por desgracia, el desierto, al igual que el resto de Egipto, lo tenían lleno de mierda por todas partes, y como por ahí solo pasan coches, pues estaba lleno de ruedas reventadas de vehículos.

Además de eso, como se aprecia en la imagen, cuando había una accidente, en lugar de retirar los vehículos, los dejaban cogiendo polvo.

También llegue a ver varios camellos muertos a ambos lados del camino o la típica basura de plásticos y envases.
Volvimos a parar en el kiosko a medio camino, hicimos fotos, usamos el baño y continuamos hasta el aeropuerto de Aswan. Yo sabía que era enano, pero Rhea se pensaba que era grande. Si te digo que era como el de Valladolid, igual me paso de largo.

Cuando llegamos eran las 12pm y lo único que hicimos fue despedirnos de las dos familias, cambiar nuestras maletas de la furgo a un coche e irnos sin esperar mas a ver la nueva presa de Aswan.
La broma nos costó otros 75L cada uno, y la putada era que ya no teníamos cash para darle al guía. Nosotros creíamos que ir a ver una presa sería gratis, no me jodas.

En definitiva, tuvimos suerte que tenía un billete de 10€ en la cartera y el guía nos los cambio por 200L, justo para pagar las entradas y darle la propina después.
Nos explicó un poco la presa y nos hicimos unas fotos con el templo de Kalabsha como la que se ve justo encima, que era otro templo que tuvieron que mover piedra a piedra para evitar su pérdida.

No estuvimos ni 20 minutos allí parados y ya nos teníamos que volver al aeropuerto para no hacer nada hasta que saliese nuestro vuelo a las 18h. Al llegar a la terminal, una hombre de Dunnas travel nos estaba esperando ya para guiarnos por el proceso de control de equipajes ( como si fuese el primero que hacíamos, sabes?).

Entramos en la terminal y no había más que un puesto de pizzas, otro de dulces y tiendas de joyas y ropa por todas partes, se acabó. De hecho, las otras dos familias todavía seguían allí sentadas esperando a embarcar, proque eran las 13.30h. Incluso una nos dijo que se puso a caminar porque se aburría de esperar, jajaja, y nosotros todavía teníamos 5h más ahí sin hacer nada.

Cuando ellos embarcaron nos sentamos en su mesa, cargamos los moviles, tablet y demás, comimos unos trozos de pizza y nos volvimos a esperar a los bancos de la puerta de embarque hasta que a las 18h menos algo nos llaman para subirnos al bus que nos lleva al avión. El avión era como los de Barcelona-León, es decir de filas de 4 asientos enanos.

Al bajar del bus y antes de subir al avión, otro asistente nos mira los billetes a pie de pista, sin luz, en una situación muy ridícula. Subimos y adiós Aswan, en menos de una hora ya estábamos aterrizando en el aeropuerto de El Cairo. Recogemos la maleta grande y nos vamos fuera de la terminal a esperar, porque nuestro siguiente vuelo era a las 2am del domingo ya.

Intentamos entrar en la zona de embarque y nos dijeron que no se podía hasta las 23h, y eran las 19.30h. Así que con poca gana nos subimos al Burguer King y nos pusimos a ver una película de Indiana Jones de las antiguas, en las que se veía algo de Egipto. Sobre todo queríamos quemar todos los GB que nos quedaban en las tarjetas SIM del móvil.

A media película Rhea se empezaba a dormir sentada y decidimos pedir algo de cenar ya para quitar el hambre hasta el día siguiente y el sueño. Cenamos tranquilamente y después ya decidimos ir al baño y bajar directamente al control para no seguir viendo la película allí sentados.

Ahora si que nos dejaron pasar el control y ya nos pusimos a la cola de facturación que ya tenía bastantes personas. Era la última facturación del país y se seguían viendo a los típicos árabes colándose por todas partes, qué gentuza!! Tardamos un buen rato en acabar porque no había nadie atendiendo al principio y luego se les colgaba el Windows XP, jajaja.

De ahí entramos al control de pasaportes y nos quedamos comprando algún dulce para el trabajo de Rhea. Luego nos llegó un email de Lufthansa con el nº de la puerta y para allá que nos fuimos directos a hacer tiempo, porque quedaba un buen rato todavía. La putada fue que al llegar a la puerta, empezaron a llamar a la gente del vuelo para que se metiese en la sala de espera, y me fastidiaron la carga del móvil, jeje.

A la 1.20am empezamos el embarque y el resto ya quedará en nuestro recuerdo ;)

Friday, December 7, 2018

Egipto - Abu simbel - 07 de diciembre

Era nuestro último día en el barco y la noche anterior nos la pasamos recogiendo la ropa y dejándo la maleta prácticamente lista para irnos, sin cerrar. El tema era que hasta las 10am no teníamos previsto dejar el barco, por alguna razón que desconocemos, porque nos obligaban a dejar las habitaciones a las 8am.

Al final conseguimos que nos dejase quedarnos hasta las 9.50am en el camarote, con lo que nos despertamos a las 7am con la calma para desayunar, y luego subir a la cubierta a dormir un poco más al sol de una tumbona.

Es cierto que hacía un poco de rasca, pero cuando salió el sol empezó a cascar bastante. Sobre las 10am salimos ya del barco con todo preparado mientras una furgoneta nos esperaba ya arriba en la carretera para llevarnos a nosotros dos y otras dos mujeres con niños a Abu Simbel.
La verdad que íbamos bien preparados para el viaje de mas de 3 horas que nos esperaba por el medio del desierto, ya que teníamos cosas en el Ipad para ver, e incluso yo me baje alguna serie como pude con el 4G para no aburrirme, y bien hice, porque al poco de salir de Aswan, Rhea ya estaba planchando la oreja contra la ventana, jeje.

Yo me puse mis auriculares y mi móvil y a ver un documental. A medio camino de repente apareció un bar (por llamarlo algo) con baños y un kiosko. Nos detuvimos como otros tantos autobuses que venían en sentido contrario para poder sacar las típicas instantáneas de los espejísmos del desierto.
No se aprecian mucho pero ahí están al fondo.

Nuestra sorpresa fue encontrarnos con una pareja que comía en nuestra misma mesa del crucero, de la cual nos habíamos despedido en Philae porque se iban a este templo el día antes. Menuda coincidencia en ese kiosko de mala muerte, jaja

Nos contaron que estaba muy chulo y que el hotel una pasada, que aprovechásemos. Nos despedimos de nuevo, compramos algo para comer por el camino, nos hicimos más fotos y continuamos nuestro viaje, que todavía nos quedaba otra mitad.
Sobre la 13.30 entramos por la calle principal del pueblo y como no nos da tiempo a ir a comer y volver al templo, el guía nos dice que es mejor ir directos. Menos mal que compramos algo en el kiosko para quitar la gusa.

Sin más que decir, nos vamos directos a los templos de Abu Simbel y aparcamos básicamente solos en el recinto. Entramos primero en una sala de audivisuales que tenían bastante antigua, con dos maquetas de los dos templos, donde el guía se puso a explicarnos en qué consistía dicho templo, porque una cosa que mucha gente no sabe, es que a los guías no se les permite entrar con los turistas, no sé muy bien por qué.

Al mismo tiempo que explicaba, podías ver por todas las paredes fotografías de cómo trasladoron los dos templos desde el mismo sitio pero 60 metros más abajo, hasta ahí, para evitar que desapareciesen bajo las aguas del lago Nasser. Cuando acabó de soltarnos el rollo de cada sala haciendo uso de las maquetas (5 minutos tadó), entramos con los tickets por el arco de seguridad correspondiente.
Al principio te toca caminar por un sendero de piedra hasta rodear la montaña que contiene los templos. De repente, ¡¡zasca!!, te encuentras la entrada majestuosa del primero, el templo de Ramsés II y al fondo el de su mujer Nefertari.

Aprovechando que no había nadie, nos pudimos hacer unas cuantas fotos solos delante, porque una vez que entras, las cámaras y demás están prohibidas.

Nos hicieron unas cuantas fotos y nos dirigimos a la entrada. Allí había un hombre de blanco sentado, que en cuanto llegamos se puso en pie para vigilar cada movimiento que hacíamos. Yo me puse la mochila por delante preparado par grabar en cuanto pudiese.
El ticket para poder grabar era de uinos 300L (15 €). Nos habían dicho que no merecía la pena pagarlo porque no había mucho que ver, pero yo creo que si, es una templo impresionante que merece la pena grabarlo y más.
La entrada ya te deja tonto con estas estátuas a ambos lados del pasillo super bien consevadas, pero la sala del fondo es incluso más espectacular.

Cuando te explican que de las 4 figuras sentadas que aparecen al fondo, solo una, la del Dios Ptah, queda sin iluminar cuando los rayos del sol entran por la mañana, debido a que es el Dios del inframundo, no te lo crees.

Luego te acercas y lo ves con tus propios ojos y ya lo flipas. ¿Cómo leches podían hacer eso en un templo escavado en la roca? Yo intenté hacer alguna foto con un ángulo raro para que no me pillase el vigilante, pero no salió muy bien.

Rhea mientras tanto iba sacando sus fotos con el móvil hasta que la cazó y la mandó borrarlas todas.

Yo aproveche un rato de despiste para grabar con la GoPro y sacar algo de lo que había dentro, que merecía la pena conservar.

Tras un rato esquivando al vigilante, decidimos salir antes de que me pidiera a mi la cámara y nos quitase lo poco que teníamos. Nos fuimos caminando poco a poco hacia el Templo de Nefertari. Nos hicimos las fotos correspondientes frente a él (eso si, cuando nos dejaban los egipcios que se dedicaban a sacarse fotos con el suelo, ¡¡ menuda panda de iluminados !!).
Este también era impresionante y también tenía un vigilante que estaba un poco más por la labor de estar sentado no haciendo nada. Yo aproveche para grabar más que en el otro porque también tenía grabados muy guapos.

A los 10 minutos de estar dentro, con el calor que hacía y sin más que hacer, porque esta era mucho más pequeño, nos fuimos rodeando, esta vez por la derecha de los templos, al bar de la entrada donde habíamos quedado con el guía para ir al hotel ya.

Esperamos 10 minutos al conductor de al furgoneta y de ahí directos al hotel Seti, que nos recomendó todo el mundo. Cuando llegamos nos recibió un arco con el nombre del hotel y al llegar a la entrada de tipo egipcio, varios botones nos llevaron las maletas a la entrada.

Hicimos el checkín de las habitaciones, fuimos a dejar las cosas que teníamos encima (mochilas básicamente), porque las maletas las llevaba un botones para sacarte la pasta claro está, y de ahí al restaurante corriendo. Cuando llegamos al restaurante pudimos leer en la entrada que ya no era hora para servir comidas, al menos de buffé. Por eso nos dijeron que tendríamos que comer en el bar/terraza de fuera.
Nos pedimos un plato de pasta, fingers de queso para compartir y un wrap de pollo para mí.

Como iban con la calma, pues nos dió tiempo a ir a la habitación por el cargador del móvil, a visitar la piscina y hacer fotos, y a tomar el sol.

A la media hora o así nos llegó la comida, que nos duró menos que un suspiro. Acabamos casi a las 16h de la tarde y a las 17.30h habíamos quedado en la entrada del hotel para irnos a ver el espectáculo nocturno de los templos.
Mientras nos daba la hora, nos pusimos a dar vueltas por el hotel, que era verdad y era una auténtica pasada, pero nos sorprendió que fuese tan lujoso para lo poco que había que hacer por esa zona. Es cierto que llegaban cruceros que se hacían por el río Nasser, pero aparte de eso, tendría que ser un turismo de sol simplemente, porque quitas los templos y se te queda en desierto solo.

Nos acabamos sentando en unas sillas delante de la zona de la foto anterior, y esperamos hasta que cayó el sol por el horizonte, mientras yo grababa un timelapse. Yo creo que aquí fue donde me acribillaron los mosquitos, porque me dejaron las piernas finas, y eso que a mi nunca me pican. De hecho, cuando salíamos de la habitación rumbo al hall, empezamos a ver mucho humo y olor a quemado, que resultó ser un empleado del hotel con una máquina a motor que echaba humo, para espantar a los mosquitos, jejeje.

Llegamos al recinto y volvemos a meternos por el camino de luces que nos llevaba al frente de los templos, donde había una especie de graderío en piedra para ver todo. Estaba prácticamente lleno, así que nos sentamos donde pudimos.
Tuvimos suerte porque al ser tantos españoles, los organizadores decidieron poner el audio en español, mientras que el resto de turistas tuvieron que acoplarse unos auriculares con sus respectivos idiomas.

El espectáculo nos impresionó bastante, y pese a que no pudimos grabarlo porque no se veía nítido, nos encantó. Básicamente consistía en contar la historia de los templos de forma animada, con proyecciones de personajes sobre las paredes de los dos templos combinados. A nosotros nos gustó, porque los hijos de una de las dos madres dijeron que fue un coñazo, pero bueno, eran niños bastante especialitos (por no decir imbéciles y maleducados, como la madre).

Cuando acabó el espectáculo regresamos al hotel en la furgoneta e hicimos algo de tiempo hasta la cena, sobre las 20h. Era de tipo buffé y tenían miles de cosas para elegir, aunque tenían definitivamente peor pinta que en el crucero. No salían de sota-caballo-rey (arroz-pollo-pavo) y nos costó elegir algo decente, sobre todo con el estómago regulero. De ahí ya nos fuimos a dormir directamente, porque en la tele no había nada de nada.

Thursday, December 6, 2018

Egipto - Aswan - 06 de diciembre

Esta noche también nos la pasamos navegando por el Nilo, porque a primera hora de la mañana teníamos que estar ya en destino final, es decir, Aswan. El viaje culminaba aquí debido a la existencia de 2 presas que se construyeron para controlar las crecidas del río en época de lluvias.

Sobre las 8am salíamos del barco para subirnos a un autobús que nos dejaría escásamente 500metros más adelante, donde nos estaban esperando unos locales dentro de una falucca. ¿que qué es una falucca?, pues un barco típico de Egipto movido única y exclusivamente por el viento.
Aquí se puede ver a uno de los hombres arriando las velas para coger velocidad.

Esto fue un espejismo, primero porque nos tuvo que remolcar otra barca con motor fuera de la orilla para poder navegar y a escasos 10 minutos de travesía se desenganchó y nos dejó a nuestra suerte.

En este caso la suerte fue mala, porque no había absolútamente nada de viento y nos llevaba la corriente al mismo punto de partida, es decir, contra los cruceros.

Cuando digo "contra" no es una forma de hablar, sino que cuando pasaron unos 10 minutos estábamos tan cerca de los cruceros, que fue inevitable el accidente.
Ellos se dieron cuenta tarde, lo cual me extraña porque se dedican a eso, jejej, pero el choque contra uno de los cruceros parados a una orilla fue totalmente evitable. Intentaron remar para alejarse con la misma tabla con la que se accedía a la falucca, pero no fue suficiente. Chocamos y tuvimos la suerte de que no había nadie en la parte superior del crucero asomado, porque el mástil se fue arrastrando por toda la barandilla.

Aparte de todo esto, nada más arrancar y contarnos un poco de historia de la zona el nuevo guía (porque el guía de estos días de atrás se acababa de ir a Abu Simbel con otro grupo de madrugada), uno de los que iban en el barco empezó a cantar y a animar a la tripulación con una canción típica nubia.
Parece que no pero se te mete en la cabeza y luego es difícil sacarla. Todo el mundo en la falucca empezó a cantar y bailar excepto yo que me quedé sentado porque no cabía de alto. No era el único alto, aunque al resto le parecía importar poco estar agachado forzando la postura.

Cuando acabó la canción llegó el momento glorioso del barco. Otro de los hombres nubios levantó una alfombra que había en el centro y empezó a mostrarnos el típico puesto de venta de figuras de un mercado.
A mi me parecío una encerrona bastante lamentable. No solo el viaje en barco fue un fracaso, porque no había viento, sino que encima de chocar contra uno de los cruceros y chuparnos el humo de todos ellos, nos querían obligar a comprar historias porque sí. Como era normal, todo el mundo pasó bastante del tema.

Al poco rato, escásamente 25 minutos después de salir de la orilla ya estábamos de regreso. Era un viaje que nos podíamos haber ahorrado tranquilamente. De ahí salimos a la carretera donde nos estaba esperando el mismo autobús para llevarnos al Templo de Philae.
Tardamos muy poco tiempo en llegar, aproximadamente unos 20 minutos desde la falucca.

Este templo se encuentra entre las dos presas de Aswan, la nueva y la antigua, situada en la isla de Agilkia.
Según nos contaron, debido a la creación de las presas, fue necesario trasladar el templo piedra a piedra desde su localización original hasta este enclave más alto. De hecho, parte de las piedras del mismo reflejan ese color oscuro, como resultado de la humedad de haber estado bajo las agua del Nilo.

Lo primero nada más llegar al puerto era obtener los tickets y acceder al puerto donde nos estaban esperando docenas de embarcaciones para llevarnos hasta la isla de Agilkia. Era gracioso porque muchos de esos barcos iban decorados con banderas del Real Madrid, Juventus...supongo que eran regalos de turistas.

Como no, al llegar al embarcadero de la isla, casi no se cabía de la cantidad de vendedores que había intentando colarte una figurita, una piedra preciosa azul de esas suyas o incluso un instrumento musical de la zona, a modo de violín.

El templo fue denominado Templo de Isis, en honor a la diosa con el mismo nombre. Aquí el nuevo guía se lo curró bastante, porque nos usó a los turistas como referencias de los personajes del antiguo egipto, de manera que se entendiese mucho mejor quién era quién.
Para variar estaba lleno de turistas por todas partes, y eso que no era muy tarde relativamente. Las explicaciones continuaron en el interior del templo. Nos llevó por todas las salas explicando como podía algunos de los grabados de las paredes. Tras apenas unos 20 minutos nos dejó tiempo libre para recorrer la isla y hacer fotos de todo lo que quisiésemos.

La verdad que estaba bastante bien conservado pese al traslado de todas sus piezas. Aparte de este templo, junto a él se encontraba otro también movido llamado Kiosko de Trajano, en honor al emperador español del mismo nombre.

Tras unos 20 minutos haciéndonos fotos por todas partes, nos dirigimos hacia el embarcadero, momento en el cuál nos encontramos con los que venían del templo de Abu Simbel (a 3h y media de allí), que habían salido a la 1am del crucero. Ellos empezaban justo en ese momento el tour por el templo con el mismo guía que nos había acompañado hasta Aswan.

A nosotros sinceramente nos pareció una paliza brutal la que se pegaron para llegar a Abu Simbel. No tenía mucho sentido ese madrugón, porque luego los pobres se quedaron durmiendo en el crucero, porque no podían más.

Nosotros regresamos al muelle de origen, compramos un par de figuras a los manteros y nos fuimos al bus que nos llevaría de vuelta al crucero, o eso pensábamos nosotros. Nos dijeron que la siguiente parada sería "la casa de las esencias". Nosotros como ya habíamos ido, le preguntamos al guía si podíamos volver solos al crucero y él nos dijo que lo iba a arreglar de alguna manera.

De momento ya nos hizo entrar a la fábrica y esperar a que todo el resto del grupo bajase las escaleras hasta la zona donde les iban a explicar el tema. A los 5 minutos sube y salimos a la calle con él, y en menos de 2 minutos organizó una taxi (de la guerra civil, ajaja) con nosotros dos y otros dos chicos españoles que no conocíamos, que venían de reenganche de otro tour.

Fuimos conversando de su visita al templo y nos dijo que el guía muy soso y antipático, jaja, resultó ser el nuestro, que ya de sobra sabíamos cómo era. Primero dejamos a la otra pareja y luego el taxi nos dejó a nostros en el crucero. Como llegamos pronto, nos subimos a la azotea a tomar el sol y nos avisaron justo cuando abrieron la cocina para poder bajar, sobre la 13.15h.

A las 14.20h salimos del crucero de nuevo con la idea de visitar el pueblo Nubio, que fue una excursión que contratamos a mayores para evitar perder todo el día en el crucero sin hacer nada hasta el día siguiente que nos tocaba Abu Simbel.
Nosotros incialmente no sabíamos cómo se llegaba al pueblo Nubio, y nos dijeron que caminásemos por la orilla del barco siguiendo al guía. Este nos sorprendió cuando nos dijo que como había gente que no estaba por la mañana, nos tocaba hacer otro viaje en falucca.

Pusimos cara de "cagüen todo esto es una mieda", pero no nos quedó más remedio que subirnos pese a saber lo que nos esperaba.

Esta vez tuvimos más suerte porque sí que hacía viento y salimos volados a contracorriente de la orilla. El guía nos fue explicando lo que se veía alrededor, como las Tumbas de los Nobles, que se veían en los alto de una montaña cercana.

Al final de la explicación de repente se acercaron dos niños en una tabla de surf y empezaron a cantar como en el vídeo, jaja, lo hacían muy bien, y parecía ser parte del paseo porque no pidieron dinero.
A los 20 minutos de navegar río arriba, de repente nos dijo que los que íbamos al pueblo Nubio teníamos que cambiar a un barco a motor, y el resto que se quedase en la falucca (siendo el resto un a madre y su hijo).

Aquí comenzaba nuestro viaje por todo el Nilo durante más de hora y media viendo cosas a ambos lados del río, como el museo de Aswan, la Isla Elefantina, el Mausoleo de Aga Khan, o incluso el hotel donde Agatha Christie se inspiró para una de sus novelas famosas "Muerte en el Nilo (1937)".
Mientras llegábamos nos pudimos subir al techo de la barca para hacernos fotos con la puesta de sol. La verdad que el viaje era una pasada, las vistas impresionantes, y ya sin el pueblo Nubio había merecido la pena.

Al llegar hubo otra sorpresa más, los dromedarios. Ni Rhea, ni yo, ni incluso otra chica de otro grupo queríamos subirnos a ninguno de ellos. Al final pudo la presión de que todos íban en uno para que cediésemos y nos montásemos. También podíamos haber ido en la misma barca que nos llevó hasta ahí, porque el guía claro está, no iba a montarse en dromedario, se iba en la barca. Experiencia única que quedará ahí para el recuero, nada mas.

Hicimos fotos del viaje e incluso un video, pero no merece la pena mostrarlo. En este caso íbamos en uno cada persona, es decir, íbamos sentados encima como si fuese un caballo. La postura no era muy cómoda porque los pies iban en el aire, no tenía estribos para apoyarse, con los que al poco rato de comenzar, la postura se hacía bastante incómoda.

El pobre dromedario iba atado al anterior, y el de Rhea al mío. Encima íbamos tantos, que llegó un momento en el que adelantamos a una pareja, mi dromedario el pobre tropezó con una piedra y el de Rhea chocó contra otro golpeándose la pierna contra una pared que había, un desastre vamos. El viaje parecía interminable.
Cuando finalmente llegamos al pueblo, lo siguiente era conseguir bajarse sin caerse. En esta calle tan estrecha nos bajaban a todos, uno detrás de otro. Luego había que esquivar a los vendedores y a las cacas de los animales que se contaban por cientos.

Tras bajarnos, nos llevó a uno de los locales famosos del pueblo, donde tenían cocodrilos enjaulados para el deleite de los turistas.

Nos sentamos hasta que llegó todo el mundo, nos dieron té y pan, aunque yo no estaba como para jugármela tomando ningún líquido raro, asi que solo comí algo de pan.

Me pasó una cosa curiosa, y fue que uno de los vendedores se quedó mirando para Rhea y me decía insisténtemente "¿cuánto, cuánto?", a lo que yo le dije de coña "200 camellos", y me dice - "trato hecho" 😝😝😝
Rhea y yo nos desmarcamos del resto y nos fuimos a dar vueltas por el pueblo haciendo fotos antes de que se fuese el sol definitivamente. Primero subimos al piso superior del mismo local y luego salimos y empezamos a callejear a nuestra bola, repitiendo cientos de veces la misma frase "la la habibi shutkran!!!"
La verdad que ellos hablaban bastante bien español, con lo que cuando les respondías en árabe se quedaban sorprendidos y nos decían si éramos de allí, especialmente a Rhea que tiene pinta de vivir en la calle de al lado jajajaja

Estuvimos un rato buscando un restaurante/hotel famoso, que sale en infinidad de fotos de Instagram, pero no lo encontramos hasta que nuestro guía preguntó en árabe y nos guió hasta él. El sitio se llama Anakato 2, aunque google te lía bastante.

Regresamos al local inicial para buscar a todo el mundo antes de irnos, y justo en ese momento empezaron a cantar la misma música de la falucca de por la mañana, pero además le añadieron un poco más de acústica. Fué una pasada ver cómo cantaban, hasta que llegó un dueño del local a aguarles la fiesta.
Ya de noche, bajamos las escaleras del muelle del pueblo y nos subimos al mismo barco para regresar al crucero. La única parada que hicimos fue en la isla Elefantina, para enseñarnos (usando una linterna ya y sin bajar del barco claro), unos cartuchos con más de 5000 años grabados en la pared de la misma roca.

Wednesday, December 5, 2018

Egipto - Edfu - 05 de diciembre


Nos pasamos toda la noche del 4 al 5 navegando por el Nilo como si nada, porque el barco no se movía absolutamente nada. Eso sí, el que se movío fui yo como cuatro y cinco veces al baño. Parecía que la maldición de Tutankhamun me había retorcido las tripas. Algo de lo que había comido o bebido me estaba matando por dentro, y vete a saber qué.

De lo único que me enteré fue de cuando Rhea se lavantó a mirar por la ventana de la habitación sobre la 1am, porque estábamos pasando por una especie de ascensor para barcos parecido al del Canal de Panamá, a la altura del templo de Khnum.

Poco recorrido más abajo, el barco se detuvo en Edfu, de manera que cuando despertamos ya llevábamos un rato parados y anclados en el muelle. La salida hacia el Templo de Horus era a las 7.30am, lo que no sabíamos era que había que hacerlo en calesa, obligatoriamente.
El recorrido no era muy largo la verdad, apenas unos 500 metros nos separaban del templo, pero debe ser tradición del pueblo hacerlo todo en caballo para los turistas. Unos caballos escuálidos, reventados y en condiciones totalmente insalubres. Pero no habíamos visto nada todavía, en el crucero estaban todos aparcados en fila como si fuesen taxis, y según nos enteramos, todos los caballos debían pertenecer a 3 o 4 familias del pueblo, que a modo de mafia controlaban todo.

Esto llevaba a que los que llevaban los caballos se pusieran nerviosos y se peleasen por los clientes constantemente, gritándose incluso delante de nosotros sin importarles una mierda. Bastante lamentable, pero como no podías decir que no, pues nos tuvimos que subir a uno de ellos. Encima esta vez no era como en Luxor que íbamos dos en cada caballo, ahora éramos cuatro.
Por suerte el recorrido fue corto y cuando llegamos al parking del templo vimos la cruda realidad. Cientos de caballos aparcados en filas y otros tantos entrando y saliendo sin parar llevando y trayendo gente de los cruceros.

Nos dijeron que eso era temporada baja y éramos pocos, y menos mal, porque ya era bastante insoportable bajarse de la calesa y cruzar al otro lado para acceder al templo.

Sin pensarlo más, nos pusimos en marcha atravesando todos los puestos de vendedores (como siempre), e incluso uno se quedó con mi nombre para que le comprase algo a la vuelta.. si si claro !!!
Al acceder al recinto, le pedimos al guía ir al baño por delante y nos dijo que le esperásemos junto a los baños que ahora iba con el resto del grupo. Entramos corriendo, Rhea fue al baño y yo me quedé esperando fuera. Al poco rato pasa el guía por delante de mí, y sin esperar ni un segundo siguió adelante con todo el grupo, jajaja, puto guía qué soso era !!!

Salió Rhea del baño y nos fuimos deprisa para poder alcanzar a todo el grupo que ya estaba esperando frente a la entrada del templo.
En este templo sí que se veía mucho turismo de repente y es que yo creo que todos los cruceros que venían en tropel se detuvieron al mismo tiempo en Edfu.

Nos quedamos un rato fuera mientras nos explicaba los grabados de la fachada principal y los muros exteriores del recinto, que eran de adobe.
A continuación fuimos entrando al patio interior y de ahí como pudimos, caminando poco a poco hasta situarnos en una esquina del interior. Era exagerada la cantidad de gente que había dentro. Yo creo que fue uno de los peores sitios para estar en ese momento, y eso que era temporada baja, en verano yo creo que no aguantaría tanta masa social.

Nos seguía explicando toda la parte interior, de como el suelo cada vez iba subiendo más y los techos bajando a medida que nos acercábamos al santuario. Fuimos pasando poco a poco por la gran sala hipóstila, la segunda, la cámara de las ofrendas, la sala central y finalmente el santuario, donde no se podía acceder, porque tenían expuesta una pieza que no se podía tocar llamada naos (monolito de granito de unos 4m de altura en el que se encontraba la imagen de Horus), junto a un pedestal donde había una réplica de lo que pudo haber sido una barca de madera a escala.

El templo se caracterizaba, aparte de por su buen estado de conservación debido a que estuvo enterrado por arena muchos años, porque tenía un sistema de iluminación natural impresionante.
La curiosidad de este templo la encontramos tanto en el frontal superior del pilono o entrada, como en la parte posterior.

Como se puede apreciar en la imagen, en la parte central se encuentra el grabado con las dos serpientes que envolvían a un disco solar (una representación de la ascensión del alma a la Divinidad, con la ayuda de las serpientes de la sabiduría y el conocimiento), pues bien, los primeros en hacer uso del templo como defensa, se dedicaban a afinar su punteriá disparando a esa zona con sus escopetas. Es para matarles !!! pero bueno, como decía el guía, se puede ver que no eran muy buenos, jeje.

Aparte de esto, en casi todos los templos se ven partes de las paredes picadas a propósito para destrozar símbolos que consideraban paganos en esa é poca (putas religiones qué asco dan).

Otra cosa que encontró Rhea esculpida en las paredes de una de las capillas auxiliares que rodeaban el santuario, y que ni en mil visitas habría descubierto casi nadie, era un símbolo masculino bastante evidente por otro lado, jeje, pero sólo ella se llegó a fijar de todos los que estábamos allí.

Creo que no necesita explicación la imagen, ¿no? Hace referencia a la imagen que encontramos en el Templo de Karnak del Dios Min, que representa a la fertilidad y la lluvia.

Aparte de esto, había un par de pasillos a los que había que acceder con linternas o al menos, con el flash del teléfono móvil. Eran escaleras que llevaban a la parte superior del templo, a la siguiente planta, la cuál estaba cerrada debido a los malos quehaceres de muchos visitantes.
Desde aquí, nos fuimos a hacer fotos y grabar un poco las caras exteriores del templo, por una especie de corredor que lo rodeaba completamente hasta regresar a la sala hípetra (patio) y de ahí nos salimos ya directamente al frente del mismo donde nos quisimos hacer varias fotos, aprovechando que todos los turistas estaban dentro, jeje. Tuvimos la mala suerte de coincidir con un grupo de americanos, que llevaban cámaras profesionales y debían estar haciendo algún reportaje de luna de miel, porque se sacaron 200 fotos iguales.

Nada más que ver aquí, con lo que nos vamos de regreso al parking, atravesando la zona de los vendedores inicial, y por supuesto, mi amigo me recordaba por mi nombre, jajaja impresionante. Pero claro, yo no quería comprar absolutamente nada y salí huyendo como un galgo.

Ahora venía el festival de calesas para regresar al crucero, y si al llegar había 100 caballos, al volver había 500, vaya jaleo de caballos, árabes gritando, olor bastante importante a m***da... menos mal que nos dijeron antes de subirnos en el crucero al caballo que recordásemos nuestro número de calesa, porque sino, imposible.

Para mi sinceramente no tiene ningún atractivo hacer uso de esos caballos, porque no solo los estás explotando, sino que encima huelen fatal, el asiento es bastante incómodo y la carretera tiene muchos saltos que no lo hacen precisamente un camino de rosas. Encima a algunas mujeres les ofrecían manejar a ellas las riendas, las cuales se habían caído seguramente en la cesta de las eces del caballo, como ví que le pasó a uno.

En fin, quitando este desafortunado paseo, todo lo demás merecía bastante la pena, era muy bonito y nos llevamos un gran recuerdo del lugar. Regresamos al barco y nos fuimos a la cubierta del mismo a tomar el sol otra vez. Cascaba bastante mientras estábamos parados para ser diciembre, y yo me tuve que poner a la sombra.
Sobre las 11am nos empezamos a mover río arriba hacia nuestro nuevo destino Kom umbu. Pese a parecer que estaban cerca, el viaje estaba previsto que llegase sobre las 4 o 5 de la tarde a puerto.

Nos dió tiempo a comer (a mi arroz y poco más jeje) y a volver a subir a la cubierta tras una pequeña siesta de una hora, para grabar un timewarp con la gopro de todo el recorrido hasta llegar a destino.

Cuando empezaba a anochecer por el oeste ya se empezaba a ver el pueblo al fondo. Llegamos, nos preparamos y salimos casi de noche ya del crucero, proque la idea era ver el templo de noche, porque según el guía era una buena opción.
A mi no me lo pareció, cuando encima para cada explicación tenían que usar una linterna porque no se veía nada, jeje.
A la entrada del templo nos encontramos con nuestro primo el encantador de cobras, a las cuales tenía drogadas seguramente, porque sino ya me contarás como se la pone en la boca sin consecuencias, jaja.

Entramos y nos empezó a explicar la historia del templo, de como un día unos cocodrilos se comieron a unos niños del pueblo y desde entonces empezaron a venerarlos y considerarlos sagrados, para pedir que ninguna persona más del pueblo sufriera la misma suerte. De ahí el templo, en honor a dichos animales, a los cuales habían incluso dedicado una sala/museo al final del recorrido con momias de algunos embalsamados.

Antes de llegar a dicho museo, empezamos a recorrer los interiores del templo, nos enseñó la figura mejor conservada de Alejandro Magno, el primer calendario egipcio conocido o al menos mejor conservado (foto superior izda), vimos todo tipo de elementos quirúrjicos tallados en las paredes, cómo las mujeres daban a luz, etcétera.

La mala suerte fue que debido a la falta de luz, Rhea se torció un tobillo y se hizo daño en el empeine del mismo. Una chica del viaje le dejó un poco de crema, se tomó un espidifren y se sentó un rato mientras continuaba la visita del grupo. Yo luego intenté contarle algo de lo que había dicho nuestro guía el simpático.

La visita acabó en los pozos adyacentes al templo, uno para recoger agua, y el otro llamado Nilómetro, o lo que es lo mismo, cuando crecía el Nilo, subía el agua del mismo y así sabían cuánto dinero tendrían que recaudar en impuestos de los campesinos (cuanta mas agua, menos trabajo necesitaban para cultivar = mas beneficios por menos => subida de impuestos).

De aquí nos fuimos al museo de los cocodrilos y salimos ya del mismo para enfrentarnos al agobio de los vendedores de pulseras y ropa. Muchos de ellos eran incluso niños que no superarban seguro ni los 5 años, una pena. Encima los niños no son como los mayores y te persiguen hasta el barco.

Al llegar al barco nos fuimos al camarote hasta la hora de la cena, y después de esta (arroz de nuevo y agua con limón a saco), a dormir.

Tuesday, December 4, 2018

Egipto - Luxor - 04 de diciembre

Hoy tocaba madrugar para ir a visitar la zona oeste del río Nilo, es decir, el Valle de los Reyes, el templo de Hatshepsut y el Coloso de Memnon. Por ello nos tuvimos que levantar sobre las 6am para que nos diese tiempo a ir a desayunar al buffé.

Cuando acabamos, nos estaba esperando un autobús a la entrada del muelle para llevarnos primero al Valle de los Reyes, atravesando el puente de Luxor, que se encontraba como 20 minutos al sur del embarcadero. Por eso yo creo que madrugamos tanto, porque pese a estar al otro lado del río, teníamos que desviarnos bastante para llegar.

Cuando llegamos estaban empezando a echar a bolar los globos aerostáticos que sobrevuelan la zona, para los cuales nos ofrecieron levantarnos a las 3am e ir a montar (ni de coña vamos). El autobús nos dejó en el aparcamiento prácticamente vacío, nos dió el guía las entradas básicas del recinto (200L) y nos empezó a explicar un poco en qué consistía un poco el lugar, con una maqueta impresionante del sitio en 3D.
Como se puede observar, la maqueta tiene por la parte superior una iluminación que muestra los caminos hasta cada tumba, y en la segunda imagen se observan las tumbas en profundidad, es decir, cómo están excavadas dentro de la montaña.

Cuando terminó de explicarnos un poco en qué consisitía todo eso, salimos de la caseta donde estába la maqueta y nos quedamos en una especie de parada de buses, pero no buses normales, sino los típicos búhos turísticos. El guía nos dijo que si queríamos sacar una entrada para alguna tumba extra podíamos, pero que en principio sólo veríamos 3 importantes. Además, para poder hacer fotos o vídeos, se tenía que sacar otro ticket especial.
Estos son todos los tickets que tuvimos que sacar, el principal, el de la tumba de Ramsés VI y el ticket para foder grabar (300L), que además este último solo valía para grabar en tres sitios, era como los coches de feria (de ahí los agujeros en el ticket). Es un negocio redondo este que tienen los egipcios.

Nos subimos entonces al trenecito que nos acercaba al comiendo del recorrido dentro del valle, porque es verdad que igual era un paseo de 20 minutos hasta llegar allí, que hicimos en menos de dos. La primera tumba que vimos fue la de Ramsés IV, y cuando llegamosa su altura, nos apartó a un lado donde se encontraba un cartél con los datos de la tumba para poder explicar.

Es verdad que éramos los primeros en llegar, pero con cada minuto que pasábamos en la explicación llegaban más y más turistas, sobre todo los alemanes de la tercera edad, que según llegaban y sin explicación alguna, les soltaban y venga, para dentro.

Nada más entrar ya se empezaban a vislumbrar las priemeras pinturas y colores por todas partes. Mientras tanto un suelo de madera te llevaba hacia abajo, no éramos capaces de quitar la vista de las paredes, era impresionante. El estado de conservación era increíble, pese a no tener ningún tipo de protección en las paredes de ninguna tumba.
Justo al final del pasillo se encontraba el sarcófago donde originalmente se hallaba la momia de Ramsés IV, con todas las paredes coloreadas hasta llegar incluso al 100% del techo.

Aquí si que vimos vigilancia, y las fotos que hizo Rhea las tuvo que hacer con mucho cuidado porque sino te las mandaban borrar del móvil. La solución fue pedir que nos hicieran fotos y así salíamos los dos.

Dimos un par de vueltas alrededor, grabamos bastante y ya nos salimos poco a poco para ver la siguiente.

De momento esta primera no decepcionaba absolutamente nada. Te lleva a plantearte cómo sería el momento en que la primera persona que encontró eso se sintió, sin luces ni saber exáctemente qué estaba viendo.
De aquí nos movimos un poco más arriba en la calle de piedras flanqueada por montañas de tierra caliza. El siguiente punto era la tumba de Ramsés III, que pese a tener el mismo nombre, no tenían ningún tipo de parentesco. Allí nos explicó un poco también sobre la vida de este faraón y a continuación nos dejó tiempo para entrara a verla.
Esta segunda entrada ya comenzaba bajando unas escaleras, incluso antes de entrar por la puerta.

En esta, nada más entrar, se veían más grabados pero menos coloreados que la anterior, aunque esta sí que contaba con un cristal protector para que la gente no se acercase a tocar la pared.

Tenía un pasillo muy largo al inicio, que según nos contaron, acababa contra una pared a la que tuvieron que rodear, porque se dieron cuenta que estaban accediendo a la tumba de otro faraón ya enterrado ahí.

Una vez esquivada esa parte ya continuaba todo recto hacia la sala donde se encontraba el sarcófago. Aquí había otros dos vigilantes, que estaban tranquilamente sentados, y cada vez que alguien entraba haciendo fotos, le pedían el ticket.
 El problema de esta es que no estaba totalmente restaurada para su visita, y antes de llegar a la zona del sarcófago, ya había una barrera de madera que impedía el paso. Pero bueno, aún así había muchísimo que ver antes de llegar. Rhea mientras tanto me usaba de parapeto para poder hacer fotos con el móvil, jeje.

Salimos y continuamos un cacho hacia arriba, prácticamente hasta el final del valle, para poder acceder a la útlima de las tres tumbas que entraban con el ticket, la de Tausert/Setnakht. Tenía dos nombres porque era una tumba reutilizada por varias personas.

Nos detuvimos frente al cartél de nuevo para darnos la información relevante al sitio, y al acabar, ya estábamos Rhea y yo preparados para entrar los primeros y poder hacer fotos sin que nadie se pusiera delante. La tumba era rampa recta que iba descendiendo hasta llegar a una sala cuadrada, donde se encontraba uno de los murales más espectaculares de todo el valle, que era un águila con las alas abiertas super bien conservada.
A continuación de la sala cuadrada con el águila, había otro pasillo más oscuro que seguía descendiendo hasta llegar al sarcófago situado en el centro. Era enorme y de piedra maciza de una sola pieza. El tema era intentar que los saqueadores no se llevasen el contenido del mismo, pero aún así, encontraron la forma de obtenerlo todo.

Las pinturas de esta sala no estaban muy bien conservadas, ya que la mayoría de las paredes estaban destrozadas.
Tras un rato dentro, solo nos quedaba la visita personal al/los templos que hubiésemos pagado a mayores. Aprovechando que había gente del crucero que había ido a montar en globo y llegaban tarde al valle, nosotros nos fuimos a ver la última tumba de Ramsés V y VI. Mientras tanto el resto se dedicó a dar vueltar por la zona para hacer tiempo.

Sin esperar mucho más que el tiempo en retroceder hasta ella, nos metimos y ahí me di cuenta que me había quedado sin pases para grabar, y esta se suponía era la mejor de todas para hacer fotos..mierda!!!! ya sabíamos lo que tocaba a partir de ahora, jejeje, hacer fotografía de "estrangis in de night".
El recorrido por sus pasillos era indescriptible y yo sin poder grabar. Aquí encima el que vigilaba te hacía un marcaje muy cercano, porque no era la típica tumba llena de turistas, es decir, éramos poquitos y se veía lo que hacías.

Yo me escondí la cámara en la mochila y empecé a grabar cuando me dejaban un rato libre. De hecho en uno de los vídeos se ve cómo estoy grabando y de repente se va a negro, porque tuve que dejar caer la cámara dentro de la mochila de golpe, jejeje.

Al final del pasillo según íbamos bajando, se encontraban las dos tumbas rotas pero en bastante buen estado. La de Ramsés V tenía forma de faraón en la tapa, y la otra que era exageradamente enorme estaba medio tirada.
La pregunta que me asaltaba, era cómo narices consiguieron meter ese pedazo de piedra ahí dentro, no solo por el tamaño sino por el peso descomunal que debía tener. Ni siquiera los que han restaurado la tumba pensaron que fuese rentable o fácil colocarla de nuevo en pié.

En el momento en que estábamos haciendo fotos y videos a esta zona, nos cazó el vigilante, pero este vigilante era de los de segunda clase, es decir, te pillo pero no te digo nada si me pagas al final. Yo le solté 20L pero se me rebotó, y pese a la insistencia de Rhea de que no le diese más, me empezó a agarrar de la camiseta y al final le di 50L. Por las imágenes que conseguimos, bien amortizadas estaban esas libras.

Al acabar y salir, todavía no habían terminado los del globo de visitar las primeras tumbas, así que teníamos todavía algo de tiempo libre para hacer lo que quisiéramos. Pensamos ir caminando hasta una de las tumbas más complicadas, como era la de Tutmosis III. Lo peculiar de esta tumba era que el acceso se hacía mediante unas escaleras que subían unos 20-30m y luego bajaban hacia dentro de la montaña. Según nos contaron era tan estrecha que en verano no se podía ni estar dentro del calor que hacía. Es mas, a la gente con problemas respiratorios o de corazón se les prohibía la entrada por su seguridad (todo para evitar el saqueo).

Lo cierto era que había cientos de tumbas para ver y una lástima que a esta no nos dejasen acercarnos más, a menos que pagases claro. Otra bastante famosa era la de Tutankhamen, que murió con 18 años, pero la riqueza que tenía dentro era descomunal. Nosotros por suerte, pudimos ver parte de esa riqueza en el museo arqueológico de El Cairo. Por eso, y porque era pequeña, no entramos a verla.

Era curioso ver a los egipcios trabajando en otras tumbas recientemente descubiertas, sacando tierra con mucho cuidado con carretillas, vestidos un poco como en las películas cuando se les ve haciendo esto mismo. Muy curioso de ver.

Al poco rato ya apareció el guía con los rezagados y nos fuimos todos de nuevo a montar al trenecito que nos dejaría de nuevo abajo en el edificio de los tickets. Fuimos al baño y de ahí al autobús, eso si, pasando por el medio de todos los vendedores de la zona.
La siguiente parada era el templo de la única mujer Faraona de la historia, Hatshepsut. A escasos 5 minutos del Valle de los Reyes y prácticamente reconstruido en su totalidad, era bastante bonito y considerado ya Patromonio de la Humanidad, gracias a lo cual, la UE estaba ingresando mucho dinero para su reconstrucción y parte del templo adyacente. Lo más curioso de este, era que al final del todo, había una sala escabada en la roca, donde había una puerta cerrada por una banda, pero eso sí, si le dabas dinero al egipcio de turno, cogía tu móvil y se metía en la sala a hacerte la foto con el móvil, lamentable del todo.
Ahora en nuestro regreso al río, nos tocaba ir a visitar los Colosos de Memnon, justo enfrente del mortuario de Amenhotep III, que por desgracia estaba todo derruido.

Pero antes de llegar hasta aquí con el autobús, pudimos ver a ambos lados de la carretera cientos de tumbas y temlos más, como: Ramesseum, Amenhotep II, Thutmose III, las tumbas de los nobles (que se cuentan por mas de 415 de personajes honorables adyacentes al faraón)
La verdad que si te gusta el antiguo egipto, aquí tienes para estar meses investigando cosas. Eso sí, te tiene que dar el dinero porque entre guías, coches y sobornos, te sale por un pico. En los colosos no estuvimos más que 5 minutos parados, porque sólo podías hacerte la foto y poco más, porque no había templo que ver y de las dos figuras, la que mejor se conservaba estaba un poco destrozada.

Seguimos en dirección al río Nilo, porque en lugar de dar toda la vuelta para llegar al templo de Luxor que nos llevaría 45min, íbamos a coger un bote-taxi que nos dejaría en el otro lado en menos de 5 minutos, mientras el bus hacía todo el recorrido.

Como siempre nos tocó esperar a que los chinos cogieran su barco para luego nosotros poder subir en el siguiente. Era un pena porque el río ya se veía que estaba lleno de basura por todas partes. Luego se quejan de que los países anteriores por los que pasa el río les corten el agua.

Al llegar a la otra orilla, sólo teníamos que caminar para llegar al templo porque, sorpresivamente éste se encontraba en pleno centro de Luxor, con tráfico pasando por ambos lados. El guía nos dío las entradas, pasamos el arco de seguridad y para dentro. Lo malo era que teníamos una excavadora en la entrada moviendo tierra, ¡qué oportunos!.
Lo más notorio que tenían tanto este como el templo de Karnak, era un camino que los conectaba con esfingues a ambos lados del lado de Luxor, y con carneros a ambos lados al llegar a Karnak. Era un camino de unos 4km que el gobierno (según el guía) estaba empezando a desenterrar y quitar casas construidas encima para mostrarlo al público, porque es una pasada.

Empezamos la visita justo enfrente de estos 2 colosos y de ahí nos adentramos por el pasillo central. Dentro del mismo, justo en el centro tenía una mezquita que lo hacía peculiar, porque son de épocas muy diferentes. Lo más divertido fue que mientras explicaba el guía, Rhea se dedicaba a hacerse fotos con todos lo niños egipcios que estaban por la zona con los móviles.
Esta imagene se repitió varias veces a lo largo de la visita, hasta el punto que el profesore que les acompañaba les tuvo que decir que parasen, porque era bastant agobiante. Cuando salimos del templo una media hora más tarde, empezaron a hacer lo mismo con todo el que venía en el grupo sin cortarse un pelo, jajaj, era divertido la verdad, como ser famoso por un momento.

De aquí regresamos al autobús, y de nuevo la pregunta clave, ¿quién quiere ir a Karnak de nuevo (pagándolo tú claro está) acompañando a los que todavía no habían ido? o volver al crucero y dar el día por terminado en Luxor. Nuestra decisión fué fácil, nos volvemos al crucero.

Al llegar al crucero yo me fui a dormir una siestaca porque me dolía la cabeza un poco, mientras que Rhea se fue a la terraza del mismo a tomar el sol junto a la piscina.
Cuando me desperté sobre las 16.15h subí a ver el atardecer con ella, que me contó que había tenido fiesta con la hija pequeña de una de las catalanas del barco, que era bastante insoportable y maleducada. Yo eso me lo ahorré y encima descansé. Sobre las 17h cuando se fué el sol, bajamos porque empezaba a hacer frío, fuimos a cenar a las 19.20 con los de nuestra mesa y de ahí a descansar para el día siguiente.