Thursday, December 6, 2018

Egipto - Aswan - 06 de diciembre

Esta noche también nos la pasamos navegando por el Nilo, porque a primera hora de la mañana teníamos que estar ya en destino final, es decir, Aswan. El viaje culminaba aquí debido a la existencia de 2 presas que se construyeron para controlar las crecidas del río en época de lluvias.

Sobre las 8am salíamos del barco para subirnos a un autobús que nos dejaría escásamente 500metros más adelante, donde nos estaban esperando unos locales dentro de una falucca. ¿que qué es una falucca?, pues un barco típico de Egipto movido única y exclusivamente por el viento.
Aquí se puede ver a uno de los hombres arriando las velas para coger velocidad.

Esto fue un espejismo, primero porque nos tuvo que remolcar otra barca con motor fuera de la orilla para poder navegar y a escasos 10 minutos de travesía se desenganchó y nos dejó a nuestra suerte.

En este caso la suerte fue mala, porque no había absolútamente nada de viento y nos llevaba la corriente al mismo punto de partida, es decir, contra los cruceros.

Cuando digo "contra" no es una forma de hablar, sino que cuando pasaron unos 10 minutos estábamos tan cerca de los cruceros, que fue inevitable el accidente.
Ellos se dieron cuenta tarde, lo cual me extraña porque se dedican a eso, jejej, pero el choque contra uno de los cruceros parados a una orilla fue totalmente evitable. Intentaron remar para alejarse con la misma tabla con la que se accedía a la falucca, pero no fue suficiente. Chocamos y tuvimos la suerte de que no había nadie en la parte superior del crucero asomado, porque el mástil se fue arrastrando por toda la barandilla.

Aparte de todo esto, nada más arrancar y contarnos un poco de historia de la zona el nuevo guía (porque el guía de estos días de atrás se acababa de ir a Abu Simbel con otro grupo de madrugada), uno de los que iban en el barco empezó a cantar y a animar a la tripulación con una canción típica nubia.
Parece que no pero se te mete en la cabeza y luego es difícil sacarla. Todo el mundo en la falucca empezó a cantar y bailar excepto yo que me quedé sentado porque no cabía de alto. No era el único alto, aunque al resto le parecía importar poco estar agachado forzando la postura.

Cuando acabó la canción llegó el momento glorioso del barco. Otro de los hombres nubios levantó una alfombra que había en el centro y empezó a mostrarnos el típico puesto de venta de figuras de un mercado.
A mi me parecío una encerrona bastante lamentable. No solo el viaje en barco fue un fracaso, porque no había viento, sino que encima de chocar contra uno de los cruceros y chuparnos el humo de todos ellos, nos querían obligar a comprar historias porque sí. Como era normal, todo el mundo pasó bastante del tema.

Al poco rato, escásamente 25 minutos después de salir de la orilla ya estábamos de regreso. Era un viaje que nos podíamos haber ahorrado tranquilamente. De ahí salimos a la carretera donde nos estaba esperando el mismo autobús para llevarnos al Templo de Philae.
Tardamos muy poco tiempo en llegar, aproximadamente unos 20 minutos desde la falucca.

Este templo se encuentra entre las dos presas de Aswan, la nueva y la antigua, situada en la isla de Agilkia.
Según nos contaron, debido a la creación de las presas, fue necesario trasladar el templo piedra a piedra desde su localización original hasta este enclave más alto. De hecho, parte de las piedras del mismo reflejan ese color oscuro, como resultado de la humedad de haber estado bajo las agua del Nilo.

Lo primero nada más llegar al puerto era obtener los tickets y acceder al puerto donde nos estaban esperando docenas de embarcaciones para llevarnos hasta la isla de Agilkia. Era gracioso porque muchos de esos barcos iban decorados con banderas del Real Madrid, Juventus...supongo que eran regalos de turistas.

Como no, al llegar al embarcadero de la isla, casi no se cabía de la cantidad de vendedores que había intentando colarte una figurita, una piedra preciosa azul de esas suyas o incluso un instrumento musical de la zona, a modo de violín.

El templo fue denominado Templo de Isis, en honor a la diosa con el mismo nombre. Aquí el nuevo guía se lo curró bastante, porque nos usó a los turistas como referencias de los personajes del antiguo egipto, de manera que se entendiese mucho mejor quién era quién.
Para variar estaba lleno de turistas por todas partes, y eso que no era muy tarde relativamente. Las explicaciones continuaron en el interior del templo. Nos llevó por todas las salas explicando como podía algunos de los grabados de las paredes. Tras apenas unos 20 minutos nos dejó tiempo libre para recorrer la isla y hacer fotos de todo lo que quisiésemos.

La verdad que estaba bastante bien conservado pese al traslado de todas sus piezas. Aparte de este templo, junto a él se encontraba otro también movido llamado Kiosko de Trajano, en honor al emperador español del mismo nombre.

Tras unos 20 minutos haciéndonos fotos por todas partes, nos dirigimos hacia el embarcadero, momento en el cuál nos encontramos con los que venían del templo de Abu Simbel (a 3h y media de allí), que habían salido a la 1am del crucero. Ellos empezaban justo en ese momento el tour por el templo con el mismo guía que nos había acompañado hasta Aswan.

A nosotros sinceramente nos pareció una paliza brutal la que se pegaron para llegar a Abu Simbel. No tenía mucho sentido ese madrugón, porque luego los pobres se quedaron durmiendo en el crucero, porque no podían más.

Nosotros regresamos al muelle de origen, compramos un par de figuras a los manteros y nos fuimos al bus que nos llevaría de vuelta al crucero, o eso pensábamos nosotros. Nos dijeron que la siguiente parada sería "la casa de las esencias". Nosotros como ya habíamos ido, le preguntamos al guía si podíamos volver solos al crucero y él nos dijo que lo iba a arreglar de alguna manera.

De momento ya nos hizo entrar a la fábrica y esperar a que todo el resto del grupo bajase las escaleras hasta la zona donde les iban a explicar el tema. A los 5 minutos sube y salimos a la calle con él, y en menos de 2 minutos organizó una taxi (de la guerra civil, ajaja) con nosotros dos y otros dos chicos españoles que no conocíamos, que venían de reenganche de otro tour.

Fuimos conversando de su visita al templo y nos dijo que el guía muy soso y antipático, jaja, resultó ser el nuestro, que ya de sobra sabíamos cómo era. Primero dejamos a la otra pareja y luego el taxi nos dejó a nostros en el crucero. Como llegamos pronto, nos subimos a la azotea a tomar el sol y nos avisaron justo cuando abrieron la cocina para poder bajar, sobre la 13.15h.

A las 14.20h salimos del crucero de nuevo con la idea de visitar el pueblo Nubio, que fue una excursión que contratamos a mayores para evitar perder todo el día en el crucero sin hacer nada hasta el día siguiente que nos tocaba Abu Simbel.
Nosotros incialmente no sabíamos cómo se llegaba al pueblo Nubio, y nos dijeron que caminásemos por la orilla del barco siguiendo al guía. Este nos sorprendió cuando nos dijo que como había gente que no estaba por la mañana, nos tocaba hacer otro viaje en falucca.

Pusimos cara de "cagüen todo esto es una mieda", pero no nos quedó más remedio que subirnos pese a saber lo que nos esperaba.

Esta vez tuvimos más suerte porque sí que hacía viento y salimos volados a contracorriente de la orilla. El guía nos fue explicando lo que se veía alrededor, como las Tumbas de los Nobles, que se veían en los alto de una montaña cercana.

Al final de la explicación de repente se acercaron dos niños en una tabla de surf y empezaron a cantar como en el vídeo, jaja, lo hacían muy bien, y parecía ser parte del paseo porque no pidieron dinero.
A los 20 minutos de navegar río arriba, de repente nos dijo que los que íbamos al pueblo Nubio teníamos que cambiar a un barco a motor, y el resto que se quedase en la falucca (siendo el resto un a madre y su hijo).

Aquí comenzaba nuestro viaje por todo el Nilo durante más de hora y media viendo cosas a ambos lados del río, como el museo de Aswan, la Isla Elefantina, el Mausoleo de Aga Khan, o incluso el hotel donde Agatha Christie se inspiró para una de sus novelas famosas "Muerte en el Nilo (1937)".
Mientras llegábamos nos pudimos subir al techo de la barca para hacernos fotos con la puesta de sol. La verdad que el viaje era una pasada, las vistas impresionantes, y ya sin el pueblo Nubio había merecido la pena.

Al llegar hubo otra sorpresa más, los dromedarios. Ni Rhea, ni yo, ni incluso otra chica de otro grupo queríamos subirnos a ninguno de ellos. Al final pudo la presión de que todos íban en uno para que cediésemos y nos montásemos. También podíamos haber ido en la misma barca que nos llevó hasta ahí, porque el guía claro está, no iba a montarse en dromedario, se iba en la barca. Experiencia única que quedará ahí para el recuero, nada mas.

Hicimos fotos del viaje e incluso un video, pero no merece la pena mostrarlo. En este caso íbamos en uno cada persona, es decir, íbamos sentados encima como si fuese un caballo. La postura no era muy cómoda porque los pies iban en el aire, no tenía estribos para apoyarse, con los que al poco rato de comenzar, la postura se hacía bastante incómoda.

El pobre dromedario iba atado al anterior, y el de Rhea al mío. Encima íbamos tantos, que llegó un momento en el que adelantamos a una pareja, mi dromedario el pobre tropezó con una piedra y el de Rhea chocó contra otro golpeándose la pierna contra una pared que había, un desastre vamos. El viaje parecía interminable.
Cuando finalmente llegamos al pueblo, lo siguiente era conseguir bajarse sin caerse. En esta calle tan estrecha nos bajaban a todos, uno detrás de otro. Luego había que esquivar a los vendedores y a las cacas de los animales que se contaban por cientos.

Tras bajarnos, nos llevó a uno de los locales famosos del pueblo, donde tenían cocodrilos enjaulados para el deleite de los turistas.

Nos sentamos hasta que llegó todo el mundo, nos dieron té y pan, aunque yo no estaba como para jugármela tomando ningún líquido raro, asi que solo comí algo de pan.

Me pasó una cosa curiosa, y fue que uno de los vendedores se quedó mirando para Rhea y me decía insisténtemente "¿cuánto, cuánto?", a lo que yo le dije de coña "200 camellos", y me dice - "trato hecho" 😝😝😝
Rhea y yo nos desmarcamos del resto y nos fuimos a dar vueltas por el pueblo haciendo fotos antes de que se fuese el sol definitivamente. Primero subimos al piso superior del mismo local y luego salimos y empezamos a callejear a nuestra bola, repitiendo cientos de veces la misma frase "la la habibi shutkran!!!"
La verdad que ellos hablaban bastante bien español, con lo que cuando les respondías en árabe se quedaban sorprendidos y nos decían si éramos de allí, especialmente a Rhea que tiene pinta de vivir en la calle de al lado jajajaja

Estuvimos un rato buscando un restaurante/hotel famoso, que sale en infinidad de fotos de Instagram, pero no lo encontramos hasta que nuestro guía preguntó en árabe y nos guió hasta él. El sitio se llama Anakato 2, aunque google te lía bastante.

Regresamos al local inicial para buscar a todo el mundo antes de irnos, y justo en ese momento empezaron a cantar la misma música de la falucca de por la mañana, pero además le añadieron un poco más de acústica. Fué una pasada ver cómo cantaban, hasta que llegó un dueño del local a aguarles la fiesta.
Ya de noche, bajamos las escaleras del muelle del pueblo y nos subimos al mismo barco para regresar al crucero. La única parada que hicimos fue en la isla Elefantina, para enseñarnos (usando una linterna ya y sin bajar del barco claro), unos cartuchos con más de 5000 años grabados en la pared de la misma roca.

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