Monday, December 3, 2018

Egipto - Luxor - 03 de diciembre

La madrugada que nos metimos para ir al eropuerto no era ni normal. Quedamos en la puerta del hotel a las 5.15am con el mismo conductor de los otros dos días, y un guía que hablaba español (supongo que por eso solo, porque era llevarnos y dejarnos allí).

Por supuesto, esto suponía tener todo guardado en las maletas por la noche y dejar solo lo indispensable fuera. Con todo esto nos fuimos a dormir tarde, y con la idea de que no íbamos a dormir mucho, jeje.

A las 4:45 sonó el despertador y casi me pego un tiro... no éramos capaces de salir de la cama ni a tiros. No tardamos mucho en prepararnos y bajar, porque según ellos, debido al tráfico de El Cairo, era mejor no arriesgar y llegar pronto.

Sobre las 6am nos estaban dejando en la terminal que ellos creyeron era la más oportuna. Nosotros le dimos una cantidad de dinero que le debíamos a Taie al conductor, recogimos las maletas y nos metimos en la terminal. Pasamos el control de maletas y cuando pasamos, empezamos a ver que no había ningún mostrador de Nile Air en ninguna parte. Preguntamos y nos dicen - "esta terminal no es, esta es la 3 y tenéis que ir a la 1" - venga fiesta!!!

Nos tuvieron que dejar salir por el control de maletas pero al revés. Salimos a la calle y tuvimos que esquivar a los taxistas porque son muy pesados y claro, parecía que acababamos de llegar, jejej, pero no, sólo buscábamos un shuttle bus para cambiar de terminal.

Preguntamos a varios y mas o menos todos indicaban una misma zona pero no estaba muy definida. Lo mejor de todo fue que un taxista nos dijo que pasaban cada 40 minutos, con la intención de llevarnos él claro, pero justo al salir pasaba uno y nos subimos directamente. Preguntamos qué parada era porque el aeropuerto es gigante, y más o menos nos dijeron pero nos esteramos. Después de unos 5 minutos de bus, de repente se detiene en lo que parecía una estación improvisada de buses. Se bajan todos y nosotros nos quedamos mirándonos uno al otro. Justo en ese momento el conductor nos pregunta que dónde íbamos, y al explicarle no dice - "es el otro bus, el que está delante, tenéis que cambiar" - joder qué estrés.
Pues nada, maleta para abajo y para arriba para llegar a la terminal 1. Cuando llegamos había una cola de muerte de chinos, como de costumbre, pero ya se nos acercó un local muy avispado para agarrarnos las maletas y colarnos por delante de todos.

Nosotros le insistíamos que no, que no, justamente ese era de los días que más tiempo teníamos libre. Pues el tio dale, venga, venid por aquí. Cuando pasamos el arco de seguridad ya empezó - "señor, señor.. oye señor..." - yo lo siento mucho pero le dije que no 5 veces porque no quiero dar propinas por tonterías como arrastrar la maleta 10 metros, que lo hago yo.
Nosotros miramos para adelante y nos fuimos a buscar el mostrador. Esta terminal (bueno, en definitiva todas ellas) la verdad que no están muy bien señalizadas. Después de preguntar dos veces, al final nos guiaron por un pasillo al fondo, donde nos encontramos otro control de maletas, el segundo.

Para variar, la cola llena de chinos que en lugar de avanzar, estaban esperando a que el guía les explicase no se qué leches. Yo me quise adelantar (porque me parecía lamentable que el guía se pusiese a explicar historias en medio del chequeo!!) y me echaron para atrás. Al final estuvimos más de 15 minutos para pasar el arco de las narices por culpa de esta gente.

Cuando entramos había una cola enorme de gente que se dirigía al único pasillo que había. Nosotros nos empezamos a preocupar porque todavía teníamos que facturar y no veíamos el fin. Rhea se dio un paseo y se entero que más adelante estaban los mostradores de facturación, al lado de la puerta de embarque, claro que sí, ole esa lógica. Facturamos y nos medio colamos a toda la gente que había ahí esperando.

Cuando avanzó la cola, nos dimos cuenta que era otro control más de maletas, para acceder a la puerta de embarque, el tercero. Este por suerte fué más rápido, porque el arco pitaba pero la gente entraba igual, un sin sentido. Encima entre ellos (los árabes) no dejaban de gritarse.

Finalmente llegamos a la puerta de embarque 12/12A, donde nos quedamos una media hora larga hasta que llegó el bus que nos dejaría al lado del avión de Nile Air. Lo mejor de todo fue que la facturación de la maleta nos salió gratis.

Sobre las 8.10am despegamos y sobre las 9am ya estábamos aterrizando en Luxor. El aeropuerto era super pequeño, y nada mas entrar al edificio ya estaba ahí la cinta de las maletas y el de Civitatis esperando (cosa rara porque normalmente están fuera de la puerta de seguridad).

La maleta nuestra salió la última, y debe ser porque facturamos los últimos también, jeje pero según salió la nuestra se paró al cinta. ¡Qué susto! Salimos de la terminal y el guía nos condujo hacia la furgoneta que nos llevaría al barco junto al río Nilo. En ella iban otras 3 parejas o grupos que tenían también barcos esperándoles. Nosotros fuimos los únicos que acabamos en el 5 estrellas superior llamado MS Opera). Mientras llegábamos al barco, uno de los guías que iba con nosotros estuvo hablando con Rhea de las revueltas de los jovenes, el cambio polkítico, la pobreza, la verdad que era una pasada oírle hablar de su propio país así.

Sobre las 10 y algo llegamos al barco, hacemos el check-in y nos dejan entrar al barco incluso horas antes de que te dejen normalmente, pero como no había mucho que hacer pues. Nos reunimos junto con otra pareja de españoles con el guía en el bar del crucero y nos empieza a contar un poco las opciones del día de hoy.

Los otros españoles ya llevaban ahí una noche, y se nos planteó la opción de ir a dar una vuelta en calesa por el pueblo y todos aceptamos sin rechistar. Cabe decir que ignorantes de nosotros, pensamos que una calesa era una barca pequeña y no, era un coche de caballos.
Sobre las 11.30am salimos del crucero hacia la calle que estaba enfrente, donde nos recogerían las calesas. Cuando las vió Rhea, a la pobre se le quedó una cara de pena brutal.

A mi tampoco me hacen gracia esas historias, y era la priemra vez que montaba para ser honesto. Sin querer ser aguafiestas, nos montamos a regañadientes y para adelante.

El gúia quería ir a dar una vuelta por el mercado local, detenernos a tomar algo junto al templo de Luxor, y después volver al crucero sobre la 13.30h. Nosotros pensamos que iba a ser un poco junto, y más aún cuando llegamos al mercado después de mas de media hora subidos ya.
Lo peor de todo fue que cuando llegamos al mercado, nos metío por la calle más estrecha que había en el pueblo, donde incluso varios comerciantes tuvieron que apartar su comida para que pasase el caballito de los tontos turistas !!!  (que encima eran dos caballos, uno por pareja). Si es que ya nos sentíamos mal por subir, encima esto.

El mercado estaba genial, pero hubiésemos preferido hacerlo andando, porque era totalmente seguro. A la 13h todavía estábamos llegándo al templo de Luxor para tomar algo en un bar, pero Rhea y yo decidimos que era mejor volver al crucero. Sinceramente no nos apetecía tomar nada ahí, y la otra pareja se unió y dijo que tampoco, así que nos volvimos todos directos. Pero esto no fue gratis claro, eran 15€ por persona.

El guía, que era seco de narices, quería llegar a la 13.30h porque a las 14.30h tenía pensado salir de nuevo a ver los templos. Es decir, la idea era comer en el buffé del crucero y salir sin esperar mas. Pero claro, entre la calma de él, gente que acababa de llegar de aeropuerto, gente que llega tarde por costumbre y demás, hasta las 15h no salimos a la entrada. Encima el conductor del bus (según palabras del guía) se quedó dormido y al final acabamos saliendo a las 15.40h.

La putada era que la luz se iba y todavía teníamos que ver dos templos, uno de ellos el más grande e impresionante de Egipto, el de Karnak.
Tras poco más de 15 minutos, nos detenemos en el parking de Karnak, nos da las entradas el guía y nos vamos caminando hasta la entrada (izda). Allí nos empieza a contar la historia del templo cada20 metros, y como se aprecia, la luz se estaba yendo por momentos.

Él nos insistió que nos dejaría tiempo libre para hacer fotos, pero es que si nos fiamos no hacemos ni una. Mientras iba explicando, Rhea y yo nos hacíamos fotos con la oreja pegada al comentario. A veces era complicado por la cantidad de gente que había. Sobre todo la típica foto de las columnas que Rhea quería hacerla sin gente, ja ja.

Tras unos 40 minutos de explicaciones nos dejó tiempo libre, pero ya era muy tarde y no habíamos visto ni un 30% de todo el recinto. Encima la zona más alejada, que también albergaba las pinturas y grabados más curiosos y bonitos, no la explicó y estaba lleno de los típicos árabes que te querían explicar de todo para sacarte dinero.

Rhea y yo hicimos fotos y videos de todo lo que pudimos esquivando a estos individuos (que sinceramente no sé por qué leches les dejan entrar al templo), y corre corre porque nos cerraban el templo. Salimos tan cabreados nosotros, y otros pocos, que se lo dijimos al guía de buenas maneras, y este en lugar de pedir perdón por el retraso del bus y demás, se puso a la defensiva diciendo que si no nos gustaba, que cambiaban de guía ese mismo instante. Era flipante.

Ahora venía otro dilema, si ver el templo de Luxor de noche esta misma tarde, o de día al día siguiente con los que llegaban del vuelo de por la mañana. El guía empezó diciendo que era muy bonito de noche, pero claro, las fotos y vídeos no salen nada bien, y aparte que de noche lo puedes ver desde la carretera si quieres, que está al lado. Tras un tira y afloja de todo el bus, decidimos verlo de día al día siguiente.

De todas maneras estos dos días fueron un caos organizatibo, porque había mucha gente que llegaba en horarios muy diferentes y era bastante complicado cuadrar todo. Pues sin más que hablar, nos fuimos de vuelta al barco y bajamos a cenar a las 19.30. Allí nos tocó en la mesa con la misma pareja que por la mañana y otra más, todo catalanes, jajaja, ni hecho aposta.

Allí seguimos un poco discutiendo del tema de horarios, del guía, etcétera. La tercera pareja en cuestión, había llegado incluso el día anterior, osea que para ellos el día que llegamos nosotros fue totalmente perdido porque solo vieron Karnak y mal, jeje.

En fin, con el estómago lleno, nos fuimos a dormir sobre las 21 al camarote, que al día siguiente continuaban las visitas desde temprano y había que estar fresco.

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